Sacudí la cabeza. "Tal vez puedas decirle a la gente que tienes lástima de mí porque estás saliendo con mi hermano", le dije. "Primero que nada, no estoy saliendo con tu hermano, aún. Solo estamos hablando. Y en segundo lugar, ¿por qué intentas darme excusas?" preguntó ella. "¿Por qué no podemos ser solo amigos?" Volteé la cabeza para mirar por la ventana. "Sé que ustedes han notado algunas cosas desde que llegaron aquí", le dije. Lila soltó un suspiro. "Nos dimos cuenta de que la gente aquí no parece gustarte mucho. Alguien te golpeó, por Dios. La gente murmura aquí y allá sobre ti. Algo acerca de ser una ladrona de novios y una zorra, pero ninguno de nosotros cree eso ni por un segundo. Y tu hermano no parecía muy feliz cuando dejaste de venir a almorzar. Caleb no me dice nada, es dem