"Y porque amo a todos ustedes... no abuso de ese poder", bromeé. "Bueno, puedes abusar de mí cuando quieras, cariño. Soy tu esclavo s****l personal", bromeó Milo. Me reí mientras Milo nos volteaba para que estuviera encima de mí. "Bueno, más te vale dármelo duro, papi", dije seductoramente. Milo presionó su duro m*****o en mi v****a. "¿Estás segura? Tu osito de peluche no está aquí para convertirte en una buena niña de nuevo", me provocó Milo. Presionó sus labios contra mi cuello y agarró mi cadera. "Supongo que tendrá que llevarme a la sala de equipos más tarde", dije. Milo se apartó para mirarme a los ojos. "Atlas ha estado deseando follarte en esa habitación desde la primera vez que te conoció allí", me dijo Milo. "Pensábamos que ya habías ido allí con él", dijo. Sacudí la cab
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