Al día siguiente… Era un nuevo día, Paulina ya había salido de su casa bien temprano para poder tomar el autobús de sus pesadillas a tiempo, quería llegar a buena hora a la empresa y de esa forma evitar tener problemas con el arquitecto Velásquez. Mientras tanto José Alberto también había salido temprano de su departamento, se subió en su auto y arrancó rumbo a la empresa algo predispuesto ya que sabía que tenía que enfrentar de nuevo a Paulina. Paulina tenía que quedarse a unas cuantas calles de la empresa puesto que el autobús tomaba otra vía, estaba caminando de lo más relajada ya que como había salido a buena hora, pudo subirse al autobús a tiempo y había conseguido menos gente y también menos olores a esa hora tan temprana de la mañana. Mientras caminaba iba pensando en voz alta