Por su parte Susana había decidido salir a caminar puesto que ya no soportaba estar un minuto más encerrada en su casa. Se colocó un maquillaje lo suficientemente fuerte como para que no se le notara el morado en la cara y además unos lentes oscuros que la ayudarían a disimular mucho mejor la cara que tenía. Se vistió con un mono y zapatos deportivos. Bajó las escaleras y se encontró con Irma que estaba en la sala limpiando y enseguida al verla le preguntó:
— ¿Va a salir señora? ¿Pero a dónde va?
— Sí Irma voy a caminar un rato y a respirar aire puro, ya regreso.
— ¿Y si viene el señor Colate qué le digo? Porque de seguro me va a preguntar a donde fue si no la ve aquí.
Susana se quedó por unos segundos pensativa y luego le dijo:
— Pues dile que salí y punto, así nada más.
Susana abri
