Andrea
— Cagna.
— ¿Así le hablas a la mujer que te comunicara con tu marido?
— ¿De qué mierda hablas? – dijo Igor en un italiano perfecto.
Con una sonrisa, volteo la pantalla y enfoco a Carlo, detrás de él se ve Dante. Estamos en la prisión, las cámaras están en bucle y Raúl Salinas no está rondando.
— Amore – dijo Igor al verlo.
— La luz de mis ojos – sonrió Carlo al verlo.
— ¿Te han hecho algo? – dijo Igor.
— Solo hemos sido amables – dijo Dante con una sonrisa. – Pero podemos dejar de serlo.
Dante puso su cuchilla sobre el cuello de Carlo, el sonido de las esposas hizo eco, Igor se desesperó, pero Carlo no tenía miedo, porque sabe qué no lo matara.
— Dejalo – siseo Igor y gire la pantalla para qué me viera. – Tenemos una cita en Italia mañana por la tarde, está noche vamos
