[AMADEO]
Al día siguiente: 25 de julio
Un roce en mi hombro me hace sobresaltar y al mirar a mi alrededor me doy cuenta de que me quede dormido en esta habitación de hospital donde mi hija ha pasado toda la noche a causa de la fiebre que tuvo —No te asustes, soy yo— Me dice Mariella y al cruzarme con sus ojos verdes me siento más confundido que antes.
—¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Roma con tu esposo? — Cuestiono entre dormido.
—Me llamo tu madre, me dijo lo que paso… ¿Qué dicen los médicos? — Indaga bajito ya que Bianca todavía esta dormida.
Me acomodo un poco mejor en este incomodo sofá e intento despertarme por completo —Dijeron que era común, que su salud todavía esta muy delicada, pero por si acaso le han hecho algunos estudios para descartar cualquier problema mayor— Resumo y le hago un espacio para que se siente a mi lado.
Ella se sienta y el silencio entre los dos es bastante fuerte, pero es que no hay mucho de lo que podamos hablar ya que en realidad lo único que nos une es Bianca —Sabes, no pensé que llegarías a ser tan buen padre— Murmura.
—¿Por qué no? — Averiguo.
La miro y ella se sonríe levemente —Porque dudaba que estuvieras listo para ser padre, pero definitivamente me equivoque. Has dejado todo a un lado para dedicarte a ella y eso me hace ver que Bianca siempre podrá contar contigo— Relata y le sonrió levemente.
—Sería un mentiroso si te dijera que no tengo miedo y de que no me ha costado dejar mis planes a un lado, pero ella se merece eso y más— Admito y respiro profundo.
Mariella me mira y lleva una de sus manos a mi rodilla —Gracias por estar para ella— Sentencia y asiento.
—Es un placer— Me limito a contestarle y miro a nuestra hija.
—¿Y tu novia como lo esta tomando? — Inquiere y respiro profundo.
—Si te soy sincero, creo que nuestra relación esta yendo en picada… por una parte la distancia, luego yo con mis celos e inseguridades, y ahora ella que no me responde las llamadas hace varios días— Confieso.
—¿Te arrepientes de quedarte? — Cuestiona y niego con la cabeza.
—No, no es eso… amo a Bianca y quiero lo mejor para ella, es solo que todo lo que pasa con Anahí me duele bastante. — Explico y hago una pausa —Mariella— Digo dejando la frase en el aire.
—¿Qué ocurre Amadeo? — Me pregunta cuando me quedo en silencio.
—Llevo días pensándolo… quiero que Bianca lleve mi apellido— Le digo finalmente y el silencio predomina en este lugar.
La miro a esos ojos verdes que posee y puedo notar sus dudas —Es algo que tengo que hablar con Paolo— Responde y asiento.
—Lo sé, pero ella es mi hija, es mi obligación y mi derecho darle mi apellido— Expongo.
—Déjame que lo converse con mi esposo, solo eso te pido, ¿sí? — Me pide y asiento.
—De acuerdo, háblalo con él, pero sabes que legalmente tengo derecho— Explico cuando de repente un ruido nos distrae y al mirar hacia donde esta Bianca, nos damos cuenta de que esta despierta —Hija— Digo y me levanto de inmediato para acercarme a ella mientras que Mariella hace lo mismo.
—Papi…— Murmura algo cansada todavía y sin poder evitarlo sonrió y acaricio su cabello.
—¿Cómo te sientes? —
—Muy bien, ¿tu? — Pregunta y ve a su madre —Mami… regresaste— Habla y Mariella se acerca a besar su frente.
—Ya estoy aquí cariño mío… te he echado mucho de menos— Le dice y Bianca sonríe.
—Y yo a ti, aunque papá es muy divertido— Admite haciéndome sonreír.
—Ya ves, es que contigo la paso muy bien— Digo divertido y de repente alguien llama a la puerta y a los pocos minutos abre —Gianna, ¿Qué ocurre? — Le pregunto a mi hermana al ver que ha entrado a la habitación y se ha quedado parada ahí en la puerta un poco sería.
—Perdón Amadeo, pero necesito hablar contigo urgentemente— Me dice y con un simple gesto me excuso con Mariella y Bianca para salir del lugar e ir con Gianna.
—Gianna, me estoy asustando— Digo una vez que estamos en el pasillo.
—Y haces bien… se trata de Anahí— Expone y la miro expectante.
—¿Qué pasa con ella? —
—Su profesor en Paris se comunico con papá ya que básicamente solo tenia la información de la empresa para la que trabajaba…—
—Gianna, habla— Presiono.
—Sufrió un accidente hace unos días, todavía esta en el hospital… parece que fue grave porque casi se muere— Me termina de decir y de inmediato siento que el mundo se cae encima de mi.
—¿Que? —
—Como lo escuchas, todavía está en el hospital y por lo que le han contado a papá, tiene una larga recuperación por delante— Informa y por más que trato de asumir la noticia, no lo consigo.
—Por eso no me contestaba las llamadas… necesito verla— Murmuro sintiendo que le he fallado otra vez.
—¿Y Bianca? —
—No lo sé Gianna… supongo que tengo que hablar con Mariella y decirle que necesito ir a ver a An… si te soy sincero no puedo estar lejos de ninguna de las dos, pero ahora me toca elegir otra vez y no puedo fallarle otra vez a An— Expreso con toda esta angustia que me invade por dentro mientras que mi hermana me abraza como intentando darme la fuerza que me hace falta para tomar este tipo de decisión.