[AMADEO]
3 días después: 24 de julio
《¡Maldita sea! ¿Cómo pude ser tan imbécil?》Me reclamo a mi mismo cuando una vez más su celular me manda directamente al buzón de voz. Fui un tonto al haberle reclamado de esa manera. Debí ponerme en su lugar por un momento y entender que no es fácil aceptar que tuve que dejar todos los planes que teníamos juntos a un lado para poder hacerme cargo de Bianca. 《Yo también estaría molesto si ella me hubiera dicho algo como lo que yo le dije…》
—Papi… me duele…— Escucho la voz de Bianca y al levantar mi mirada está parada bajo el marco de la puerta. Su cara me deja ver todo el malestar y otra vez se toca la panza.
Dejo el celular a un lado y estiro mi brazo —Ven… ¿te duele mucho? — Pregunto y una vez que se acuesta a mi lado toco su frente y me doy cuenta de que está ardiendo en fiebre —Hija, estás ardiendo… vamos al hospital ya mismo— Le digo y sin pensármelo dos veces, agarro mi billetera de encima de la mesita de noche y voy del otro lado de la cama para tomarla en brazos y salir con ella de urgencias.
—Deo, ¿Qué le pasa a Bianca? — Me pregunta Gianna cuando me cruzo con ella y mi ahijado entre sus brazos en el pasillo.
—Está ardiendo en fiebre, me la tengo que llevar al hospital. Avísale a mamá por favor— Le pido y sin más sigo caminando.
—¡Yo me encargo! — La escucho gritar y tan solo sigo caminando hasta salir de la casa y subo a mi hija al auto y llevarla al hospital ya que no sé si estoy pueda ser algo relacionado a la enfermedad que tenia.
[ANAHÍ]
Abrir mis ojos me cuesta más de lo normal. Lo intento nuevamente hasta que lo consigo y ese “beep” que tanto comenzaba a molestarme ahora tiene sentido cuando veo una maquina a mi costado. Observo cuidadosamente mi alrededor y me encuentro en una habitación de hospital, pero no entiendo por qué. Me pesa la cabeza es una sensación extraña… lentamente llevo mis manos a esta y al tocarme siento una tela rara 《¿Qué me paso?》
—Por favor perdóname, no te vi… ¿Cómo te encuentras? — Escucho una voz masculina y al mirar al único costado que no mire antes, veo a un hombre bastante joven de cabello oscuro y ojos del mismo color vestido con un pantalón de jean color n***o, camiseta blanca y una chaqueta de cuero del mismo color que su pantalón.
—¿Quién eres? ¿Qué paso? — Cuestiono confundida.
—Me llamo Brandon Durand, íbamos corriendo por el parque y sin querer chocamos y tuviste una caída muy fuerte, el resto te lo explicara el doctor un poco mejor que yo— Me explica.
—¿Cuánto tiempo llevo aquí? — Inquiero preocupada.
—Tres días… intente llamar a alguien de tu familia, pero tu celular de hizo trizas en la caída y no funciona, ni siquiera puedo sacarle el chip— Relata y respiro profundo, pero al hacerlo me doy cuenta de que me duele todo y me quejo —Tienes muchos hematomas— Me cuenta y de repente la puerta de la habitación se abre y un hombre de cabello gris y ojos del mismo color vestido de doctor entra y se acerca a mi.
—Hola, que bueno verla despierta, ¿Cómo se encuentra? — Me pregunta y Brandon se aleja un poco de mi.
—Adolorida… él me dice que hace tres días estoy aquí, pero… ¿Qué me paso? — Le pregunto y es que en verdad estoy muy confundida con todo esto.
—Señorita Del Valle, el golpe que usted sufrió en la cabeza fue muy fuerte, tanto así que causo un hematoma subdural— Relata.
—¿Qué? —
—Una acumulación de sangre entre la cubierta del cerebro y la superficie de este. Para reducir la presión dentro del cerebro tuvimos que operarla de emergencia— Explica.
—¿Por eso tengo esto? — Averiguo refiriéndome a lo que ahora entiendo que es una venda en la cabeza.
—Exactamente, tuvimos que hacerle una pequeña perforación en el cráneo para drenar la sangre y aliviar la presión en el cerebro. Si no lo hubiéramos hecho un gran riesgo de que usted no sobreviviera. Afortunadamente el doctor aquí presente se dio cuenta inmediatamente de lo que le ocurría y la trajo de inmediato— Me explica mirando a Brandon.
—Gracias— Digo mirándolo y vuelvo a mirar al doctor que me atendió.
—¿Y que sigue ahora? — Cuestiono preocupada.
—La tendremos en observación algunos días más y una vez que nos aseguremos que usted está bien para irse a su casa, la dejaremos ir— Me deja saber y asiento.
—Que bueno—
—Todo estará bien, la atendimos justo a tiempo— Me alienta y después de hacer unas revisiones de rutina, él se despide de mi y sale de la habitación.
Miro a Brandon —Muchas gracias por todo, yo tampoco estaba viendo por donde iba, estaba muy angustiada por algunas cosas— Expongo.
—No te preocupes, lo bueno es que estás bien. —
—¿Así que doctor? — Pregunto y lo miro un poco confundida —Eres muy joven…—
—Gracias, pero en realidad tengo 33 y si, soy cardiólogo— Responde.
—Guau, no lo pareces… oye, no tienes que quedarte aquí, de seguro tienes pacientes que ver y todo eso— Comento.
Él se sonríe y niega —Me siento responsable por ti, asique suspendí todo lo no urgente para poder cuidarte, aunque lo único que sé de ti es que te llamas Anahí Del Valle— Me informa.
—¿Tomarte tiempo para cuidar a una extraña? Eso es muy considerado de tu parte— Murmuro.
—Una extraña muy guapa— Bromea —¿Cuántos años tienes? ¿A que te dedicas? — Averigua y sonrió.
—Bueno, tengo 21 años, soy italiana y soy diseñadora de modas— Resumo.
—Interesante, ¿te parece si traigo unos té y conversamos? Digo… ya que no puedes ir a ninguna parte y yo tengo más tiempo del habitual libre…— Me propone y a pesar de la situación me hace reír haciendo que me duela todo.
—No veo porque no, aunque en algún momento debería comunicarme con mi familia para decirles lo que paso, pero si te soy sincera no me acuerdo de ningún numero de teléfono de memoria— Señalo.
—Ya encontraremos una solución, no te estreses por eso que no te hace bien, necesitas estar lo más relajada que puedas. Déjame traer esos té y pensamos en algo, ¿te parece? — Propone y asiento —Ya regreso entonces. — Dice y sin más sale de la habitación mientras que yo no puedo dejar de pensar que lo que me ocurrió es bastante grave y de no ser por él no estaría aquí.