Antes no eras así, ¿Qué te pasó?

2193 Words
Capitulo 4. Antes no eras así, ¿Qué te pasó? — Megan Nowak— —Mengan, Tania, a mi oficina ahora — Dice mi jefa y puedo ver que no está de buenas, ese estado de ánimo refleja a qué se irá de viaje. — Te salvó la campana. — Dice Tania levantándose de la silla. — Espero allá válido la pena quemarte con la cafetera. — Le digo tomando los documentos de mis manos. — Cada segundo.— Reímos. Salimos a la oficina de la jefa quien habla con su hijo. — Darek, si no vuelvo para el próximo lunes tu padre me dejará, está en un colapso nervioso nuevamente, hijo, vendrás y supervisaras mientras estoy fuera, el jueves próximo tengo una cena con los socios y por ello debes asistir, te presentaré a mi editora en jefe y ella te explicará lo que debes saber.— Ella siempre ha sido muy reservada con su familia u amigos, es una persona incierta con muchos secretos y creo que es por qué acostumbra a decir que la vida personal y el trabajo no se mezclan, ella es hermosa tiene unos ojos verdes matadores con una despampanante figura, alta de 1,70 cm y por su carácter no me sorprende que su familia sea un secreto para muchos, lo que sé que son Italianos. — Lo sé hijo, sé que no es lo tuyo, pero no tengo a nadie más con quién contar. —Vaya, eso fue una ofensa y sé que Tania también lo vio así, Pero que puedo decir, mi jefa es directa y sin rodeos. — Bien. Cuídate, nos vemos en la cena para poder irme tranquila, necesito hacer esto, te quiero. Cuelga y por alguna razón, aún no nos nota en las sillas en frente de su escritorio. — TÚ…— Dice señalándome con el dedo, me equivoqué, si lo hizo y pagará conmigo su enojó. — Jefa, déjeme expl…— Interrumpe. — No me importan tus escusas, sea lo que sea, tenías que asistir, pero no, no vienes tú, ni mi hijo, ambos harán que sea yo la que sienta un colapso nervioso. — La veo estresada con un ataque y de la nada se recupera, parece un trastorno sicológico, no sé, pero es aterrador ver tal recuperación.— Bien, bien, ya saben que me voy a trabajar hermosuras que no les pago para verme. — Tania y yo sonreímos y salimos antes de que se arrepienta. — Eso estuvo cerca, pensé que nos ahogaría en el barril de la tinta. — Reímos. Nos adentramos a la oficina nuevamente y por suerte ella no volvió a preguntar nada sobre ese hombre. Pasamos el día organizando los nuevos lanzamientos, cuando Mira se va de viaje es como si el mundo se acabará, toda la oficina se ve en la necesidad de hacer el trabajo de 2 semanas en 1 día y el de 1 mes en una semana, eso nos lleva de los nervios tanto que tuve que cancelar la cena con mis padres y reprogramar todo para la semana entrante, estoy revisando un test para enviarlo a la supervisora cuando soy distraída por una llamada de Marc que contesto con pereza, ya que sé que es por la cena. — Llamada— — Hola cariño, ¿Cómo estás? — Hola Megan. — Ruedo los ojos por qué sé que está enojado.— ¿Me explicas por qué cancelaste la cena con tus padres? — Marc, tengo trabajo, no puedo asistir y no tengo tiempo para organizarla, la organizaremos para la próxima semana, no hay problema. — Si lo hay, tú no llevas mi itinerario, la semana que viene no tendré tiempo para ver a tus padres, en eso estamos más que consientes, no sé por qué siempre tu trabajo va primero que tu familia, ya te dije que dejes esa empresa, que yo te abro una sucursal si tú quieres, pero no, prefieres trabajarle a la mujer amargada Kira. — ¿Qué estás diciendo? No quiero que tú me abras ninguna empresa, quiero hacer las cosas por mis propios méritos y si no fuera por esa mujer, yo no sabría lo que se a ahora, le debo parte de lo que soy, pero jamás lo entenderías por qué si quieres una golosina te la compras, pero yo no tengo los mismos privilegios y me gusta trabajar para tener mi propio dinero con mi esfuerzo, no creas que porque soy tu prometida tengo que ser tu carga, estoy ocupada Marc. — Megan no…— Cuelgo la llamada. — Fin de llamada— Este hombre sabe cómo sacarme de quicio, no sé qué le pasa es un estúpido egoísta. — Aquí huele a fuego, ¿Quién te hizo enojar? ¡Espera! — Dice alzando su dedo índice. — No me digas, tu prometido perfecto, señor, perfección llamo para reclamar la cancelación de la cena familiar, donde finge ser el novio y la pareja perfecta frente a los padres que no saben que su yerno no cumple con sus deberes como prometido. Se sienta y yo la miro con una suave sonrisa en la mejilla, ya que ella saca lo mejor de mí. — Veamos, esa sonrisa me respondió todo, y para ello, te llevaré mañana en la noche al club, tomaremos algo, mira. — Me deja ver un folleto del club más destacado de la ciudad con una apertura para chicas con entradas libre por ser fin de semana. — No iré, debería de organizar la cena mañana.— Estoy con los ánimos por el suelo, odio pelear con Marc, pero me saca de mis cabales. — No, no, lo harás vendrás conmigo aunque te traiga arrastra eres mi amiga y debes venir para celebrar que me acabo de comprometer con Ángel. — Me levanto de golpe por la felicidad. — Aaaaaaaaaaaaaaaa.— Gritos.— Suuuh, nos van a correr. — Reímos. — Amiga felicidades.— Le doy un fuerte abrazo y ella llora de felicidad. — Me sorprendió, en el postre del almuerzo, amiga él es mi vida, lo amo tanto. Recuerdo cuando Marc me pidió que nos casáramos, no llore, solo sonreí y lo abrace con una sensación de miedo y felicidad, pero ver la verdadera felicidad en los ojos de mi amiga quien ha salido con Ángel nuestro editor desde hace más de 4 años y saber que ellos dos se complementan no tiene precio, amo amor Marc sin duda lo amo, pero a veces pienso que pone en primer lugar su trabajo y en segundo lugar su familia y de último me deja a mí, cosa que no me molesta hasta cierto punto porque me gusta tener mi espacio, pero si no es por su itinerario no almorzamos juntos hasta los martes y los jueves, los viernes comemos con mi familia y el fin de semana lo veo solo los domingos, quizás solo sea una crisis, pero lo extraño mucho, desde que empezó a trabajar en las dos nuevas fundaciones no me ha prestado atención y puede que yo tampoco lo haya visto mucho, ya no me molestó en visitarlo y quizás por ello es que estemos en esta crisis. — Hey, amiga, ¿Estás bien? — Dice Tania moviendo las manos frente a mis ojos para que yo la vea. — Si lo siento, es solo que la discusión con Marc me saco un poco de onda, ¿Qué me decías? — Decía que nos iremos al club mañana en la noche ponte guapa, cariño. — Lo haré. — Le dio al verla salir con una niña que le regalaron su primer juguete. Me enfocó en trabajo tratando de concentrarme cuando siento una molestia en mi muslo, ¡Por supuesto! ¿Aquí en se le ocurre colocarse unos Jeanes con una herida? Duele mucho, el pantalón se quedó adherido a la herida y me molesta un poco, ¡Ese imbécil! Si no fuera por él no me hubiera pasado esto, me acomodo un poco la incomodada que siento es bastante, la imagen de él viene a mi mente si seguido de ello la forma en que rodeaba sus dedos en la herida haciendo que cierre los ojos, mi respiración se acelera y no puedo imaginarme en el momento, en la forma agresiva la cual subió mi falda y la necesidad de querer que sus dedos suban más. Abro los ojos y puedo sentir mi respiración desenfrenada, solo me acarició el muslo y no de forma normal, pero me hace fantasear con él, no me imagino que hubiera pasado si toca de mí, trato de controlar mis emociones y paso saliva mientras acomodo un mechón de cabello tras mi oreja. Siento que tocan la puerta y termino de recomponerse para recibir a quien sea que aún no se anuncia. — ¿Quién? — Entrega para la señorita Megan. — Adelante. — El joven se adentra y no puedo creer lo que veo, son mis rosas favoritas, las azules, así sé quién las envío, aún faltan las negras, pero con las azules soy feliz, su mensaje es directo y claro y no se consigue en cualquier lugar al igual que las negras que son mis favoritas sobre las azules. — Por favor, firme aquí.— Dice el joven que me entrega una carpeta y así lo hago. Recibo mis flores y huelo su aroma, tomando con mi mano derecha la nota, “Lo lamento, sabes que te amo como eres” Mi corazón palpita por la simple razón de que sea tan bello cuando se lo propone, tomó mi celular enviándole un mensaje, “Son hermosas, te amo”. A pesar de ese mensaje no encontré escusas para molestarme, ya que no respondió a él, tomó mis cosas al terminar de trabajar me llevo las flores al coche en el estacionamiento baje está solo, un vacío me llena de temor y subo en mi auto lo más rápido que puedo, dejando las rosas en el asiento del copiloto. Conduzco a casa y noto que está en casa, al bajar me adentro al lugar entregando las rosas a estrella para que las coloque en agua, camino a la sala donde lo veo en su computador me acerco a él besando su cuello mientras lo abrazó de espaldas, él toma de mí cargándome me atrae a él derribándome sobre el sofá, me acomoda cómo puede en sus piernas y me besa en los labios, los besos se vuelven más intensos y él toma de mi mano haciéndome levantarme me lleva a la habitación donde me empieza a desnudar, me quita la ropa con afán haciéndome llorar al quitar mi pantalón, un grito de mis labios a esa sensación me vuelve la respiración irregular. — Dios mío Megan, ¿Cómo te pones jean con una herida así? Tenías que decirme cariño, lo siento mucho, buscaré algo para curarte. Sale de la habitación y vuelve en segundos para curarme, al hacerlo me quita las bragas y luego el sostén, se desnuda acercándose a mí mientras me acomodo en la cama, él besa de mí y yo acarició de él, se acomoda mientras besa mis senos entrando en mí, los gemidos no tardan en aparecer al sentir el placer, se acomoda sosteniéndose de la cabecera de la cama, yo lo miro y él a mí, la necesidad abunda mi cuerpo que quema por más, más de mi prometido, más de mi novio, no puedo detenerme y siento que aún falta para hacerme venir. — Aléjate, quiero otra posición. — Se aleja y me coloco en cuatro mostrándole todo de mí, en el cual tiene acceso sin restricciones, soy de mente abierta y me gusta experimentar de todo con él, solo que él se limita y me limita, el sexo oral para él no es bueno, es algo que no se debe hacer y por ello no lo hacemos, pero dicen que es excitante, a Marc, eso le da asco, dice que a veces hay límites y que se puede disfrutar sin llegar a esos límites, lo veo venirse y de inmediato me alarmó al verlo alejarse. — ¿Qué pasa? — Le digo al verlo tocar de su m*****o. — ¿Aún no te vienes? — Dice como si no lo supiera. — No, no, y no, ¿Cómo demonios no puedes saberlo? Odio cuando me lo preguntas, como no puedes notar que apenas voy a la mitad de un orgasmo, quiero más. — Le digo enojada. — Venga Megan, no te enojes, ¿Vale? No es que sienta eso, solo tú lo sientes, te ayudaré a venir ven. — Toma mi mano y yo lo ignoro, se me quitó las ganas. — Antes no eras así, ¿Qué te pasó? — Nada cariño, estoy cansado, solo ven aquí, lo haremos hasta hacerte venir. — No, no, hacer el amor no es solo eso Marc, entiende necesito más, necesito sentirte y tú a mí, ¿Qué demonios te pasa? ¿No puedes verlo? ¿No lo deseas? — Megan lo hacemos a veces hasta 3 y 4 veces, estás enferma, ¿O qué demonios te pasa? — No me complace, Marc, eso pasa.
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