September llevaba años sin ir a una cita. No tenía idea de lo que debía colocarse. No tenía ninguna ropa que gritara cita, menos algo lo bastante atractivo como para salir con un hombre como Ace. Él se veía imponente, alguien con dinero, muchas mujeres rendidas a sus pies y miles de pensamientos o ideas sobre esa cita. Ella por otra parte no era más que la chica extraña que acababa de conocer, la que peleaba con sus patos y dormía con Cookie en la misma cama. La perra estaba echada a los pies de la cama mientras ella arrojaba toda la ropa que tenía sobre el sofá. No tenía idea de qué se colocaría. La ropa del trabajo y la que usó en el aeropuerto estaban descartadas, al igual que la ropa negra que usaba en los funerales. No tenía nada, ninguna ropa le gustaba. —¿Qué voy a hacer? —le preg