Dos días después de su encuentro en el aeropuerto, ambos dejaron de soñarse. September encontró una respuesta a sus sueños: todo era para conocerlo en el aeropuerto. Y aunque todo fuse así de loco, estaba emocionada por el hecho de no estar perdiendo la cabeza, como su amiga Heather decía. Heather no dejaba de repetirle que necesitaba volver al psicólogo urgente, y aunque September lo hacía, la misma psicóloga le informó que el hombre no sería malo para ella. No parecía el sujeto que la ahorcaría con una bolsa ni alguien que la secuestraría. Los sueños la mayor parte del tiempo eran expresiones de temores, y siendo consciente de sus traumas infantiles, soñar con un aterrizaje forzado en el agua solo eran proyecciones de su pasado.
September, tras salir a su hora de almuerzo, se sentó a c
