—¡No lo haré! —vociferó September—. Estás loco si piensas que haré algo tan descabellado como eso. La semana siguiente después del beso que lo cambió todo, Ace intentó pasar todo el tiempo posible con September antes de regresar a sus vuelos habituales. Fueron al museo, a sentarse en la playa artificial en el centro de Nottingham, a conocer la zona boscosa detrás de la casa de September, de paseo en una canoa por uno de los ríos que bordeaban la carretera hacia su casa y a un cine real solo para tener la experiencia con más personas. Las últimas salidas fueron a comer pizza y hamburguesa después de llevarla al sitio de reunión de los AA en la zona sur de la ciudad. A September se le formó un nudo en el estómago cuando él le dijo a todos que era alcohólico, que su hijo murió en un accide