Piero sale del baño solo con una toalla alrededor de su cintura y encuentra a Mia desparramada en toda la cama, aunque la cama era de un gran tamaño parecía que ella era la única dueña. Piero no deja que nadie ocupe su cama, pero con ella todo era diferente, a ella la quería en su cama siempre, quería que su olor quede impregnado en sus almohadas, pensando en eso se acerca y con mucho cuidado se coloca al lado de ella, la jala hacia sus brazos y la rodea con ellos, todos los camarotes del yate contaban con calefacción, pero no era suficiente para el frio tan intenso que había en esta época, todos tenían que abrigarse con las mantas que había en cada cama. Con la única luz que ingresaba por uno de los portillos que había en la pared Piero observa a Mia dormir plácidamente en sus brazos, rec