7| ¿Qué me hiciste hechicera? |

1605 Words
WILLIAM Abro los ojos y me doy cuenta que aun sigo aquí. Me levanto y estoy solo, hubiera querido que Zafiro se quedara conmigo. Suelto un suspiro, aun recuerdo cuando la tenía entre mis brazos hace unas horas, como su cuerpo encajaba perfectamente con el mío. Todo de ella me encanta, la vi alistarse antes de irse, y sin maquillaje es aún más bella. En poco tiempo me he obsesionado. Lamentablemente tuvo que irse a buscar a su hermana. Aún no puedo creer todo lo que pasó y no me refiero al sexo, eso es secundario. Siento una presión en mi pecho y un sentimiento de soledad ahora que no está aquí como si me hubiera acostumbrado a ella. Decir que la conozco un día es exagerar, a penas y nos conocemos unas horas, pero eso bastó para que un huracán de ojos azules arrasara con mis sentidos volviéndome dependiente a ella. Entro en el baño de la habitación y voy directo a la ducha, apenas cierro mis ojos recuerdo a Zafiro. Nunca me he sentido cautivado en mi vida por nada, pero ella es especial. Aun no puedo creer que ella me regalara su primera vez, realmente me siento un hombre con suerte. Pero soy más afortunado de haberla encontrado. Mi corazón empieza a latir como un loco, y no solo eso. Todo mi cuerpo empieza a reaccionar al pensar en ella, sobre todo en la manera como se movía cuando estaba sobre mi. Paso mis manos por mi polla ya endurecida para empezar el juego de sube y baja, me siento un chiquillo al no poder aguantarme. Pero el solo recordar como gemía, me excita en demasía. Aumento la velocidad cerrando mis ojos, ¡Maldición! veo como ella tenia sus labios alrededor de mi polla, mientras me miraba con su carita tierna pero su mirada de leona —Aaaaah — me corro nuevamente en un orgasmo potente. Que me deja respirando cansado. ¿Qué me hiciste hechicera? Aún no se que es lo que siento, nunca me he enamorado de alguien. Tengo miedo de equivocarme, pero mi corazón me dice que ella vale la pena. Quiero arriesgarme, por primera vez en mi vida quiero intentar hacer algo por mi mismo. Termino de cambiarme y salgo hacia la oficina, la verdad es que ya estoy retrasado dos horas y no quiero llegar aún más tarde. — Buenos días — digo pasando de largo, seguramente me veo fatal y no quiero que nadie se de cuenta. Pronto tocan la puerta debe ser el irresponsable de Alex, llegando tarde otra vez. — ¿William? — dice Casandra — ¿puedo ayudarte en algo? — No, la verdad todo esta bien solo tengo algo de sueño — le digo regalándole una sonrisa ya que sus ojos azules me recuerdan a los de mi linda Zafiro. — Tienes una reunión más tarde, ¿necesitas que te consiga otro traje? — pregunta Casandra — No, estoy bien, además en 2 horas iré a mi departamento. ¿Alex ya llegó? — pregunto y ella niega con la cabeza — William ¿te sientes bien? — me pregunta sorprendiéndome — Mejor que nunca, solo tengo que ir a hacer una diligencias y cambiarme y volveré en la tarde, si no regreso a las 5 puedes irte. Hoy no tengo planeado hacer mucho. Lo dejaré para el lunes o martes — me mira con una cara de sorpresa, ya que nunca he pospuesto el trabajo pero hoy me daré el día libre. — Pero ¡hay muchas cosas que hacer! — dice exaltada — si deseas puedo quedarme para adelantar el trabajo juntos. — No, no es necesario. Yo no estaré aquí, te enviaré por correo lo que necesito, ahora tengo 2 horas para terminar todo e irme, puedes retirarte. — Claro, con permiso. Estoy demorando más de lo debido ya quiero irme a casa a cambiarme. Todo el día cada pequeño detalle azul que veía me hacía recordar a Zafiro, ¿será que si me hechizo? No entiendo de qué otra manera aparece en mi cabeza cada 5 minutos. Me levanto de mi escritorio y rápidamente junto mis cosas debo irme alistarme para la reunión con los inversionistas y luego iré a comprarle algo lindo a Zafiro. Esta noche quiero ir a verla. > mi corazón se acelera, amenazando con salirse de mi pecho. Salgo y me encuentro con Casandra seguro se está yendo a almorzar. — William, ¿comemos juntos? — pregunta pero niego con la cabeza — Estuve esperando el correo, pero no recibí nada. — Si es que no hay nada importante, debo irme adiós — subo rápidamente a mi Rolls Royce y me voy a casa. Quizá debí llevarla, pero ella va a lugares cerca estará bien caminando. Me cambio rápidamente y salgo de mi departamento. Tengo el tiempo justo para llegar a la reunión. — si, si, por mi esta perfecto — ni siquiera sé lo que están diciendo pero mientras me den el dinero que necesito para los nuevos prototipos estamos bien. Salgo corriendo y me dirijo al mall. Estoy caminando, pero no encuentro nada que me guste. Tiene que ser algo que la haga sentir especial. Me aventuro a ir a una joyería, ¿a qué mujer no le gustan las joyas?. Entro y veo una gran selección la verdad no se cual escoger nunca le he comprado ningún regalo a nadie que no sean mis padres o Alex. — Señor puede ayudarme, necesito encontrar algo para una joven mujer, algo delicado que no sea muy vistoso. — Desea un anillo, o algo como un collar o una pulsera. — Creo que un collar sería lo indicado — Tenemos unos muy bonitos, ¿Cuál es el nombre de su novia? — no me lo dijo, así que lo no se que decirle. — si hay que escoger la letra, que sea la “W” — Está bien aquí al lado tiene un espacio para poner una piedra, cual le gustaría. — ¿Le puede poner un Zafiro? — Claro, podemos grabar algo detrás. Escriba en este papel lo que desea, solo 3 o 4 palabras, fecha si desea puede ser completa o solo día y año como guste. — ¿Podría ponerle esto? — le digo pasándole el papel — Por supuesto — me dice con una sonrisa. Salgo de la tienda muy satisfecho con mi compra, se verá hermoso en su cuello ya muero por entregárselo esta noche. SANDY Mi hermana llegó hasta esta mañana, no se por que razón se quedo tanto tiempo fuera. He querido hablar con ella y contarle lo que sucedió pero está distraída. — Lis, ¿está todo bien? — le pregunto y solo asiente con la cabeza. — Lis, ¿por qué llegas hasta esta hora? — se acerca y toma mis manos. — Sandy, ¿crees en el amor a primera vista? — me preguntó sorprendiéndome y de pronto unos ojos grises aparecen en mi mente. ¿Por qué te recuerdo en este momento William?. No creo probable que alguien se enamore después de tener sexo. Yo se que voy a recordarlo toda mi vida, por ser mi primera vez. Pero quizá para él solo fui una mas. Es un hombre muy atractivo, lo más seguro es que consiga a 10 mejores que yo en un abrir y cerrar de ojos. Pensar en eso me hace sentir triste, de pronto siento mis ojos humedecerse. No me siento menos que nadie, solo estoy siendo realista. Me pidió una oportunidad y se la di, pero una oportunidad ¿para qué?. — Sandy, ¿pasó algo? — La voz de mi hermana me saca de mis pensamientos. — oh, Lis ¿Qué decías? — pregunto haciéndome que no le escuche. — Si, ¿Dónde te metiste?, no fuiste por mi y cuando salí me dijeron que no te vieron salir. Tenemos un trato Sandy, si no lo vas a cumplir dejaras ese trabajo, igual estás muy chica. — Si lo se, debo buscarte para venir juntas. Solo que me distraje — digo y no se como voy a contarle lo que hice, va a querer que deje de ir al club. — ¿haciendo qué? — pregunta de forma defensiva, va a matarme. — Lis, quiero contarte algo pero por favor no me juzgues, ¿si? — Está bien, sentémonos y cuéntame despacio que es lo que pasa — nos acomodamos en el sillón y ella me atrae a sus brazos, sosteniéndome como cuando era una niña. Lis, siempre ha sido así conmigo. Me cuidaba y me protegía como si fuera su bebe a pesar que nuestra madre aún está viva. Pienso en mi madre y me pongo muy sensible. Hace unos meses sufrió un infarto, el cual causó un derrame cerebral. Y es por ella que hacemos todo lo que podemos para conseguir el dinero para la estadía en el hospital y el tratamiento, aún necesitamos mucho.. — Sandy ¿Qué pasa? ¿por qué estás llorando? — dice mi hermana sorprendiéndome, no me había dado cuenta. — Es que recordé a mamá, no hemos ido a verla estos días. — Podemos ir mañana, ¿algo más que debas contarme? — asiento con mi cabeza — Ayer, yo … fui … pero, no — las palabras no me quieren salir de la boca. — Sandy, cualquier cosa que pase, yo te voy a apoyar, puedes confiar en mí. — Doy una respiración profunda, es el momento. — Ayer fue mi primera vez — me mira confusa — tuve sexo con un hombre. — ¡¿QUÉ?!
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