Demonios, me gusta el profesor.

Reencuentro.

Kylie Anderson.

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Quedé atónita ante la presencia de Aron, mi cuerpo se tensó y quedé rígida como el tronco de aún árbol, me sentía nerviosa incapaz de respirar de poder siquiera mover un músculo, sus ojos me miraban atento como si buscará una reacción de mi parte.

Mi corazón sintió una extraña emoción quisiera decir que de odio pero no estoy muy segura de eso, frente a mi tenía a mi primer y a mi más grande amor o a mis grande verdugo tal vez, por suerte mi padre sintió la tensión se aclaró la garganta y le pidió a Aron esperar afuera.

solo entonces fue que Aron parpadeo un par de veces y aparto su mirada penetrante de mis ojos, asintio con la cabeza y se disculpo.

-si, lo siento-. dijo con voz fuerte y ronca, al escuchar su voz mi estómago se revolvió como si estuviera una estampida de elefantes en mi interior. El luce diferente, muestra seguridad en su hablar, su porte, su caminar, 6 años pasaron pero el tiempo le asentó a la perfección parece un hombre maduro, seguro y hasta educado.

-¿Que hace él aquí.?-. pregunto con el ceño fruncido, un tanto molesta y confundida, soltando el aire que antes estaba reteniendo.

- de eso te quería hablar- responde tranquilamente mi padre, quien rápidamente explica la situación por la que está pasando la familia Montana.

Escuchar que Sergio tiene una hija pequeña me causo curiosidad pero prefiero no indagar en su vida. -padre has lo que quieras, si tienen con que pagar ¿Cuál es el problema.? Será una paciente más.- aclaro segura para luego salir de la oficina. siento su mirada mientras camino por el pasillo, es entonces cuando me arrepiento de haberme puesto tacones tan altos pues estoy apunto de perder el equilibrio.

- 4 años de terapia, para que en un segundo se vayan a la mierda- refunfuño entre dientes, molesta por mi reacción, camino de prisa hasta perderme de su vista.

No sé cómo explicar lo que acaba de pasar su presencia me aturdió, tal vez por verlo de nuevo después de mucho tiempo, como sea lo más seguro es que mantenga mi distancia, todo a quedado en el pasado y no hay por qué revivirlo pensando en eso.

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Aron Montana.

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Soy un verdadero idiota quedé pasmado frente a ella, por lo menos debí saludarla aún que no me culpo Kylie luce guapísima es todo una mujer no queda nada de la niña que solía ser, nunca pensé volver a verla lo último que supe es que estaba en Estados Unidos ¿cuando volvió? ¿estará de visita? no lo sé pero me alegra verla tan bien.

Busque con desesperación alguna reacción en su rostro, pero al parecer ahora soy insignificante para ella por que me miró con indiferencia como si fuera cualquier persona, en cambio yo... yo sentí que el corazón se me salía del pecho, mi respiración se aceleró y los nervios se apoderaron de mi cuerpo.

Ante sus ojos ví pasar todos los recuerdos que tengo de ella, quería detener el tiempo o mejor aún, quería poder retroceder el tiempo y ser más valiente, idiota como si eso fuera posible..

Mientras esperaba afuera de la oficina, planee enfrentarla, no había tema de conversación simplemente la saludaría como dos adultos maduros. No puedo explicar cómo me sentía pero era tanta mi emoción y mis nervios que quería gritar o golpear algo. Estaba sentado inhalando y exhalando cuando ella salió ignorandomé por completo y yo simplemente me quede perplejo viéndola alejarse.

-Aron, Aron-. me hace reaccionar la voz ronca del doctor Anderson, quien es seguida me hace pasar.

Una vez adentro el doctor dice que la pequeña Estrella tiene que ingresar al hospital lo antes posible, al escuchar su aprobación doy un profundo suspiro, por fin puedo estar tranquilo. Estrecho su mano fuertemente y agradezco de corazón para luego despedirme.

Caminé por los pasillos para ir hacia el ascensor, admitiré que recorría con la vista todo el lugar tenía la esperanza de verla una vez más, pero no fue a ella a quien encontré. A unos metros de mi, se acercaba un hombre castaño con la barba delineada y bien vestido, pantalón n***o, camisa n***o, corbata roja, una bata blanca de doctor y zapatos cafés. De su mano venía agarrado un niño de 2 años aproximadamente, los dos reían mientras jugaban con un avioncito por el pasillo, parecían felices, el pequeño tiene el cabello rubio y ojos verdes su similitud a Kylie era impresionante su sonrisa, sus ojos eran los mismos.

cuando el hombre se acerco más, nos miramos directamente a los ojos, fue ahí donde lo reconocí con exactitud es William como no reconocerlo si por años un detective me mostró fotos suyas, su mirada fue fría lleno de odio pero en realidad eso era lo de menos, lo que realmente me importaba era el niño ¿de quién es el pequeño?

William al ver mi mirada sonrió de lado, se acomodo el cabello y tomo al pequeño en sus brazos.

-de prisa Aldito mami nos espera- dijo cuando paso a un lado mío.

¿mami? mi cabeza se llenó de preguntas y suposiciones.

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^ William Ravel.

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Mi mente, mi corazón se llenó de rabia y de celos al ver a Aron en el hospital, lo reconocí por una revista que tenía mi padre en casa, dónde le hacían una entrevista por su compañía disquera o algo de eso.

Cerré el puño con fuerza tratando de contenerme para no echarlo a patadas, el tipo camina con elegancia y seguridad su rostro es serio y puedo sentir su arrogancia, su aire de superioridad, para su desgracia su mirada es fácil de descifrar, me lleno de satisfacción su mirada de confusión al ver a Aldito, debió de darse cuanta del parecido que tiene con Kylie.

y ame aún más su mirada de decepción con mi comentario, debió pensar que Aldito es mi hijo con el de Kylie, idiota si supiera que es su hermanito.

Mi Pregunta es ¿que hace él aquí? ¿vino por Kylie? no sé lo permitiré, él no me la va a quitar. Kylie es mi vida, es mía y tiene que darme una buena explicación, si el vino a molestarla tendré que usar la violencia para alejarlo, maldito hijo de perra antes de que intente algo, lo mató.