El castillo todo desde sus muros y altas torres han permanecido de pie gracias a su construcción a base de piedra tallada. Desde afuera, aunque majestuoso no es como estar dentro. Tiene muchas habitaciones, pero las de la torre de homenaje y las dependencias para el uso de mi padre son gigantescas, la mayoría tiene chimeneas y amplias ventanas ojivales que dan una vista extensa al recinto interior. Según las historias que me han contado, ninguno de mis abuelos y antecesores ha dormido con sus respectivas parejas, tanto el Rey como la Reina duermen en habitaciones separadas. Fue así hasta que mi padre se unió a mi madre, ellos compartieron la alcoba más grande y hermosa de la torre de homenaje. La que le sigue es la mía, tan amplia y con hermosa vista al patio de armas en la tercera planta