Narra Bayron
Poco después llegamos a una especie de club, donde mis hermanos Damien y Levian, junto con nuestros primos Mikhail y Sergei, nos esperan para continuar la celebración. El bajo retumba a través de las paredes, igualando el latido de mi corazón acelerado.
—¡Feliz cumpleaños hermano!— Damien llama, sus ojos brillantes y acogedores. Lo noto parado ligeramente apartado de los demás, perdido en sus pensamientos entre sorbos de su bebida.
—Gracias, Damien—le digo, dándole una palmada en la espalda. Es el más sensato de todos mis hermanos y siempre piensa las cosas antes de lanzarse de cabeza.
—¡Feliz cumpleaños!—Mikhail y Sergei intervienen y levantan sus copas para brindar. La camaradería de nuestra familia me reconforta y, por un momento, me permito olvidar la amenaza inminent
