Parte 1

2600 Words
Juno Willers, esperaba ansiosamente a qué su jefe, Keith Mclarens, terminará una junta de negocios. Jun se cuestionaba la razón del porqué debía soportar las exigencias de su jefe, ya habían pasado un mes desde que empezó a trabajar en TM. ENTERTAINMENT. Estaba nerviosa y asustada, hace poco recibió una llamada del banco, comunicándole que su difunto padre debía una deuda de más de 140.000 $ y lastimosamente ella era la codeudora ¿Se podría tener peor suerte? Sin saber qué hacer buscó empleo en diferentes lugares, su amiga la recomendó en la empresa y consiguió empleo como asistente personal de keith Mclarens, aun cuando el trabajo es pesado y su jefe es insoportable, es reconfortante tener un salario estable que le permitiera trabajar y continuar con la universidad. «Algo me dice que terminaré renunciando» Entre cuestiones y cansada de ser explotada laboralmente, Su verdadero problema era su jefe. Se puede decir que no se conocieron en las mejores circunstancias de la vida, tuvieron un encuentro algo fatídico y malinterpretado, que hizo que estos dos tuvieran un gesto de desconcierto entre ambos. —¡Puede retirarse por hoy! ¡Viajaré a Massachusetts por un asunto de negocios, la asistente de Aron, nos acompañará!— Explica su jefe con frialdad. —¡Cómo deseé! —En lo personal, Jun odiaba ir a los viajes de negocios, la fama de mujeriego de keith lo perseguía y para su lástima, el tener que presenciar la escena en primera fila no era muy emocionante para ella. Keith Mclarens estaba por culminar una licitación muy importante, TM. ENTERTAINMENT es una empresa famosa y profesional, sin embargo, está pertenece al conjunto de empresas asociadas al conglomerado Mclarens, dirigida por Brayan Mclarens. Siendo una persona muy arrogante y rebelde, le es desagradable recibir órdenes de otros, keith tenía pensado independizarse de su padre, es por eso que ha estado trabajando personalmente en esta licitación. «Bueno, creo que me salve de viajar junto a él, es muy incómodo tener que estar junto a él, aún más cuando me mira tan detenidamente con esos ojos celestes» Jun regresó al departamento para poder descansar y estudiar para los exámenes finales de la universidad, Emily, su compañera de cierto y amiga, aparece estrellando las puertas con apuro, se cambia rápido lanzando todo por todas partes. Se detiene al ver a Jun sentada en el sofá. —¡Oye! —alza las manos con dramatismo —¿Que haces, por qué no te estás alistando tus cosas? —indaga con apremio —Tengo entendido que CEO también irá al viaje de negocios —Emily era la asistente de Aron Mayer; gerente de la empresa y amigo de KEITH. —¡Maldita sea! —insulta al aire —Maldito jefe del demonio, siempre termina dejándome todo el trabajo a mí — Expreso Emily quejándose después de escuchar que keith no permitió que Jun lo asistirá en el viaje de negocios. Ya era común, por alguna razón extraña, Keith, evitaba llevar a Jun a los viajes largos y para su mala suerte Emily debía lidiar con el doble del trabajo. Sentía lástima por su amiga, había escuchado que Aron y Keith solían ser estrictos en horas laborales. —Te ayudo —empaca lo necesario para un viaje largo —Suerte —la abraza antes de dejarla ir. El resto de la noche lo uso para estudiar, no obstante, le era difícil, su mente, estaba en todo menos en los estudios, después de todo debía cancelar un préstamo del cual ella ni siquiera tenía idea que existía hasta hace dos meses. El aniversario de muerte de su padre estaba cerca y su abuela había confirmado su llegada al país, teniendo tantas cosas en mente, Jun intentaba comunicarse con el banco, sin embargo, estos parecían estar fuera de línea. —Mierda —insulta estresada. Una semana después, habiendo regresado de Massachusetts, keith y Aron hablaban en la oficina sobre asuntos importantes —¿Ya decidiste que vas a ser? Te casarás o renunciarás a la licitación —Pregunta Aron. Keith debía tomar una decisión crucial que afectaría a la empresa, su padre se negó a apoyar financieramente la licitación. Había muchos rumores sobre su hijo en las r************* , Brayan ya estaba viejo y pronto anunciaría su retiro, necesitaba que su hijo sentará cabeza y dejará de ser un promiscuo sin fundamento. —¡Maldito viejo! —toma el trago que su amigo le ofrece —Cómo le gusta complicarme la vida —Expreso keith molesto mientras revolvía su cabello. —¡Es solo un matrimonio! —afirma Aron, —Es normal casarse a tu edad y aún más si heredas una gran empresa. —Que bien, pues, cásate tú. —¡No hagas berrinches, consíguete a una sexi mujer que esté dispuesta a casarse sin compromiso —ofrece Aron —¡Eres Keith Maclarens! Será fácil para ti. —¡Eso sería, correrle el gusto al viejo! —Gusto o no, es por la empresa —se encoge de hombros. Keith no tenía pensado casarse, mucho menos perder la oportunidad de independizarse, en todo caso pensaba pedir un presto al banco, sabiendo la fama como empresario exitoso de keith, cualquier banco estaría feliz de hacer negocios con él, sin embargo, la idea de Aron parecía agradable, pensó mientras observaba a Jun entrar en la oficina. —¡Necesito tu firma para estos archivos!—habla entregándole los archivos, sintiéndose extraña de ver a keith mirarla tan fijamente —¿Qué? ¿Por qué me mira así? —Pregunto Jun. — ¡Nada! —Firma los documentos uno por uno. Ambos quedan tiesos con la carcajada de Aron, conocía a Keith desde niño y sabía bien la historia detrás de keith y Jun. —¿Párese que ya escogiste? —se levanta caminando fuera de la oficina haciendo resonar su carcajada por el pasillo. —¿Cuál es su problema?— Pregunta Jun extrañada por el raro comportamiento de Aron. —¡Ignóralo! —Expreso fríamente keith. Keith y Jun no sé, llevaban bien, siempre terminaban enfrascados en temas incómodos, además de malinterpretados. Keith era alguien arrogante y narcisista, lo cual para Jun le exasperaba, sin embargo, Jun necesitaba el dinero, siendo la razón por la cual seguía trabajando junto a él. Por otro lado, para keith Jun era alguien mal educada, grosera y altanera, sin embargo, teniendo un horario pesado no había otra persona capaz de soportar el trabajo de asistente, en pocas palabras ambos se soportaban, solo por necesidad. Keith suspira con agobio —Libera mi agenda —pide algo cansado —Déjalas para mañana. —¡Mañana tengo el día libre! —habla Jun —Tendrá que valerse por sí mismo, no quiero llamadas en mi día libre — Expresa con indiferencia. Mierda. Se acostumbró a tenerla día y noche junto a él, que los días libres se volvían un desastre. —Aplaza tu día libre —ordena. —Claro que no. —¿Por qué no? —pregunta con intriga —¿Acaso tiene algún pendiente que no pueda rechazar? —No es de su incumbencia —afirma Jun algo nerviosa viendo como su jefe se levanta de su escritorio caminando hacia ella. —¡Que falta de respeto, soy tu jefe! —quedan de frente —¿No deberías ser más educada? —sonríe keith mirando los labios de Jun —El rosa está prohibido en esta oficina —Se aparta de ella —respeta mis reglas. Jun deja escapar el aire en sus pulmones, estúpido corazón que se acelera cada que este imbécil se acercaba a ella —¡El respeto se gana! —habla caminando hacia la puerta —Si quiere respeto, entonces empieza a respetarme usted también Keith sonríe con asombro, siempre era un gusto molestarla, Jun retiene el paso. —¡Ah, casi lo olvidaba, aquí está la nueva lista, escoja y me avisa! —Expreso Jun. Keith ojeo la lista y sin ninguna importancia escogió a la prima chica en la lista. Lanza la carpeta en el escritorio, Jun la recibe ojeando a la escogida. —¡Es una chica para que sea tu acompañante en el evento! —frunce los labios —¿Cómo escoge a alguien como ella? —Dijo Jun estresada. Keith se acomoda en el puesto con los brazos cruzados —¡Entonces, escoge tú! —habla con sarcasmo —Después de todo es tu trabajo. Jun respiró profundamente con la sangre hirviendo —¡Poco falta para que me pidas que lave tu ropa! —murmura para ella. —¡Qué inútil! —No te escuché —habla Keith risueño —Habla más alto —sonríe malicioso. Para keith era algo divertido molestarla, después de todo el carácter de su secretaria era algo difícil de ver en una mujer —Nada solo digo que poco falta para lave su ropa ¿No cree usted? — ¿Qué? —se sorprende Keith —¿Siempre pensé que tú lavabas mi ropa? «Vaya imbécil» reflexionó, Jun molesta. Tenía pensado guardar silencio y darle la mejor sonrisa que pudiera, pero la espina en su garganta empezó a doler. —¿No le basta con que le ayude en el trabajo y que escoja a sus amantes? —habla con molestia —No se confunda, si quiere una empleada… —hace una pausa, pensando en lo que dirá —¡Consígase una esposa! Keith miro a Jun entre risas y dijo —Me sorprende que supongas que me casaré algún día, disfruto mi vida justo como está. — ¡Ah, cierto, usted no tienes corazón! —contratada Jun, se miran fijamente sin bajar la mirada. La tableta en su mano vibra y Jun aparta la mirada viendo el recordatorio de junta. —Vamos hombre sin corazón, debemos asistir a la junta de negocios con los accionistas — cambia el semblante mordazmente. —Disfruto de tus conversaciones —se levanta Keith quedando frente a Jun —Más no te sorprendas de algún ver tu carta de despido —amenaza —Contáctate con los bancos asociados. Después de todo, si era una locura casarse por compromiso y más que todo fue estúpido pensar en ella para esto, obvio ninguno de los dos encajaban juntos. Por la mañana siguiente, Jun, asistió a la mansión ángel, dónde se suponía que debía toparse con su abuela. Al llegar los sirvientes amablemente la escoltaron hasta el lobby. En ella estaban tres mujeres, su hermana menor, su madre y su abuela. —¿Llegas tarde? —Expresó su madre, Jun la miro fríamente y respondió —¡Hoy me levanté y me cuestione si tenía ganas de ver sus rostros! Sin embargo, hoy es un día muy importante —mira a la señora de mediana edad —¿No es así Jan? —Expreso Jun mordazmente dándole un abrazo a su abuela; Jan willers. —¡Te ves bien Jun!— Dijo Jan a su nieta. —Lo mismo va para ti, mírate cada año te ves más joven —adula Jun entre risas. Jan willers era una mujer de 52 años, con cabellos rubios y ojos verdes, muy parecida a Jun. Después de una larga plática entre las dos, no había manera de que Amaría y Jennifer pudieran interrumpir su plática. Las cuatro asistieron al cementerio y visitaron la tumba de Jean willers: padre de jun. Después de un largo día, Jun y compañía asistieron a una iglesia y rezaron por el alma del difunto Jean. —¿Piensas quedarte en la mansión? — Pregunto su hermana, Jun, respiro para poder soportar a Jen y a su madre. —¡Tenía supuesto no quedarme, pero siento lástima por Jan, suponer que tendrá que soportar a personas como ustedes dos ella sola, me da tristeza, es por eso que decidí quedarme aquí durante su estadía! —explico sarcástica. Jen se sintió ofendida de las palabras de Jun, ellas dos nunca se han llevado bien, pero tener que soportar su actitud no era una opción. —¿Disfruta mientras puedas?— Dijo Jen amenazando a Jun. —¡Eres muy molesta! ¡Aun cuando no te llevas bien con tu hermana, es falta de educación tratarla así! —expresa Amaría con disgusto. Ignorando sus palabras, Jun decidió hablar con la verdad —Si tu hija no está aquí, entonces no tienes razón para quedarte aquí ¿Verdad? Puedes irte por dónde llegaste — Amaría frunció el ceño molesta— ¡Eres arrogante y ese será el causante de tus problemas! —¡No deberías hacerte de enemigo a tu propia familia! —Expresó Jan. Jun tomó asiento junto a ella —¡Deberías agradecerme! Gracias a mí, no tendrás que soportar a ninguna de las dos. Jan suspiró —Bueno, Gracias por eso, pero no era necesario, no me quedaré aquí y tú tampoco deberías. —¿Piensas regresar de una vez a Japón? — pregunto Jun. —¡Tengo negocios que atender aquí en EE. UU.! Además, quería hablar contigo, el banco me contacto sobre… —Ya lo estoy resolviendo —interrumpe Jun —No necesito tu ayuda. Mientras hablaba con su abuela, empezó a recibir llamadas una tras otra, al ver el contacto se dio por enterada que eran de keith. «Le dije que no me molestará hoy» —Estás por terminar la universidad ¿Qué supones hacer después de eso? Y aquí vamos de nuevo — ¿Buscaré un buen empleo, no es obvio? —¿Sigues con eso? —alza la voz su abuela —Jun, ¿no crees que es hora de que regreses conmigo y empieces a prepararte para dirigir la empresa? Jun sabía por dónde venía el tema, es por eso que dijo cortando las palabras de su abuela. —No regresaré a Japón, ¿no heredaré tu empresa y mucho menos me casaré con alguien de la alta sociedad? Jan se exasperó y dijo molesta. —¿Hasta cuándo supones seguir con esto Jun? Debes comportarte como alguien de clase, querías ir a la universidad, quieras trabajar y deseabas vivir en EE. UU., te permití vivir como deseabas, pero ya es hora de que regreses. Molesta de escuchar esas palabras, Jun se levantó lista para irse — ¡No tengo intenciones de volver a escuchar esta conversación! Jan deja escapar un resoplido nada contenta, Jun era terca y seguía sentida por el pasado. —¿No era mejor contarle sobre su estado de salud? —Pregunto la mano derecha de Jan willers. —No quiero que se preocupe por mí ¡Pronto no tendrá más opción que regresar conmigo a Japón! ¿Conseguiste las pruebas que incriminan a Amaría de fraude? —Pregunto a su asistente. —¡Así es señora! —le entrega los papeles —Recogí la declaración de un allegado a ella! —¡Muy bien! —adula Jan. Al llegar al departamento Jun se percató de que Emily todavía no había llegado, después de llamarla se dio cuenta de la razón, al parecer una amante de keith hizo un gran escándalo en la empresa, balbuceando que estaba esperando un hijo de keith, el problema era que justo en ese momento Brayan Mclarens el padre de keith estaba en la empresa. Según Emily keith y su padre tuvieron una fuerte discusión de la cual casi todos en la empresa fueron testigos. —¿Qué debería hacer?, Ahora entiendo la razón de sus llamadas, no pienso ir a ayudarlo, que lo resuelva el mismo. Por la mañana siguiente, al llegar a la oficina, Jun se encontró con dos sorpresas inauditas para ella. CONTINUARÁ…
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