Parte 4

1312 Words
—¿Sabes si tu padre y Amaría firmaron un acuerdo prenupcial?—le Pregunta el abogado. Siendo realista, Jun no tenía ni idea de la situación en la que estaba metida. —¡No lo sé, mi padre y Amaría solo duraron tres años casados! — Responde Jun. Según la explicación del abogado, Amaría, no estaba incumpliendo ninguna ley, ella reclamó la herencia después de su vigencia y aunque no debería ser difícil recuperar la herencia, ya que Jun era la heredera original, nunca estaba de más ser precavidos. Después de terminar con la asesoría, le pidió amablemente al abogado que no le contara nada de este tema a Keith. Al menos, se sentía más tranquila, el dinero era lo de menos, lo único que ella deseaba recuperar era la mansión ángel, la cual tenía un valor muy sentimental para ella y para su difunto padre. El martes por la mañana todo parecía estar bien, hasta que empezó el juicio y el juez, obviamente comprado, no permitió siquiera escuchar la defensa del abogando. El reclamo no era válido debido a la expiración de dicho testamento, fallo a favor de Amaría, entregándole toda la herencia y las propiedades, entre ellas la famosa mansión ángel. No pudo disimular su rostro, estaba teniendo un sin fin de emociones juntas, decepción, desconsuelo y soledad. Tuvo que pasar esto sola porque su único familiar la abandonó. Al ver el rostro de Jun, Amaría y Jen, sonrieron disfrutando del dolor ajeno a ellas. —No te preocupes, hermana, la mansión ángel estará en buenas manos —se burla Jen entregándole un folleto a Jun. En el folleto estaba la mansión ángel, con nuevas reconstrucciones, al parecer tenían pensado construir un hotel vacacional en esta. Jun, suspiro e intento calmar las inmensas ganas de arrastrar a Jen por el suelo. —¡Desde niñas, siempre has Sido así! —¿Disculpa? —expreso Jen sin entender las palabras sin sentido de Jun. Desde qué tengo memoria, siempre has deseado ser cómo yo. Mi ropa, mis amigos, mi familia, mis novios. Siempre has deseado robarme todo, demostrarle al mundo que eres mejor que yo. —Es porque soy mejor que tú. Jun ladea el rostro con decepción —Siempre he ignorado tu actitud de mierda, sin embargo, esta vez debo explicarte que cometiste un error. Si jugaremos a no ser hermanas, por mi bien. —¡Todo lo que tienes, siempre a Sido mío! —contraataca Jun —Nada cambiará solo porque hayas tomado mi herencia. Prometo que te quitaré todo, me rogaras y te arrastraras por el suelo como la serpiente que eres y prometo pisarte hasta verte morir —habla decidida —De ambas —corrige viendo a Amaría. —Eres una mala perdedora, Juno Willer, tu orgullo no te permite aceptar una derrota —expresó Amaría al ver a Jun. Jun, sonrió y dijo enojada —¡Dos días! Sin entender, ambas preguntaron el significado, a lo que Jun respondió con ojos fríos y sin vida. —Dos días, es el tiempo que les doy para que me regresen, la mansión ángel, por mí puedes quedarse con todo el dinero y las demás propiedades. Pasado un día después del juicio, Jun parecía estar enojada al ver que Amaría ignoro su advertencia, entro con un rostro cansado a la oficina de su abuela. Tomar asiento viendo el rostro de desconcierto en Jan —¿Qué te trae por aquí? —¿Con quién? —Pregunta a su abuela. Su abuela alza una ceja mirándola con incredulidad. —¿Te estoy preguntando con quién piensas casarme si acepto tus condiciones? Jan, sonrió de lado a lodo emocionada de escuchar tales palabras. —Puedes elegir entre dos personas, Mikael rojas o Carlos Johastars. Al escuchar los nombres, Jun arrugó el rostro —¡¿Estás loca?! Mikael es como un hermano para mí. —Bien por ti, ¿no? —sonríe Jan —Es un hombre de buena familia, se conocen desde la niñez y se llevan bien ¿Cuál es el problema? —Preguntó Jan. Mikael es un amigo prácticamente hermano de jun. Suponer casarse con él no era una opción, sin embargo, el otro sujeto parecía una peor opción. Carlos Johastars, es un sujeto despreciable que siempre ha estado detrás de Jun. —No puedo aceptar casarme con ninguno de ellos dos, sin embargo, si tu única condición es que sea de alta cuna, acepto —expresa Jun mordazmente mientras salía de la oficina. Jan miró a su secretario en jefe y preguntó extrañada —¿Eso fue un sí o un no? El secretario igual de extrañado respondió —Yo usted, no me confió, la Srta. Juno, es igual que su padre. Durante su estadía en el trabajo, Jun reflexionó estrictamente sobre sus opciones, casarse con Maikel no era una opción y casarse con Carlos johastars, era aún peor que imaginarlo, sin embargo, parecía tener otra opción que para ella era algo casi imposible de imaginar. ¡KEITH MCLARENS! Por otro lado, Amaría y Jen, trabajaban fuertemente para hacer realidad el compromiso de keith y Jen. Después de convencer a Robert para qué agendará una cita junto a Brayan, para que conociera y juzgara a Jennifer, todo parecía estar saliendo bien para ellas, Brayan, considero a Jennifer, una mujer decente y amable, además de ser la hijastra de Robert, su muy preciado amigo y socio. Brayan, sin más que decir agendo una cita para que keith, conociera a su futura esposa, sin embargo, después de un día, este ignoro la decisión de su padre, dejando a Jennifer plantada en un lujoso restorán. Aunque paresia que keith, no aceptaría a Jen, como su futura esposa, todo cambio cuando keith acepto tener una cena familiar entre ambas familia. Teniendo todo en su mano, el padre de keith hizo una cena lujosa y formal en el jardín, para recibir a la familia de su futura nuera. De parte de los Mclarens, estaban presentes, el padre de keith, su madre, su hermano menor y su hermana. Departe de la prometida solo estaba la madre y el padrastro. En la mesa solo faltaba una persona y esa era keith Mclarens, quien llevaba una hora de retraso. Mientras esperaban al invitado de honor, todos parecían festejar la unión de las dos familias, John Mclarens, hermano menor de keith, se acercó a Jennifer y platico un rato con ella. —Párese que por fin lograrás casarte con un Mclarens, me da un poco de lástima saber que solo serás el juguete de keith. John y Jennifer tuvieron una relación sentimental mucho antes de que Jen conociera a keith. —Que no se demuestre tu envidia — Dijo Jen con arrogancia. John solo sonrió ante la ignorancia de Jennifer, solo ella podría pensar en domar a Keith. Siendo una persona poco agradable, era obvio lo que le esperaba a Jen después del matrimonio. Una de las sirvientas entra al jardín y anuncia la llegada de keith. Las palabras de la sirvienta eran confusas, parecía titubear al anunciarlo. —¿Pasa algo? —Pregunta la madre de keith al ver el raro comportamiento de la chica. —Señora, es que el joven keith, entro en la residencia junto a una mujer. Al escuchar las palabras, la madre se alteró e intento ir a verlo con sus propios ojos, sin embargo, ya era muy tarde, por la entrada del jardín principal, keith junto a una joven chica entraron en acción. La chica vestía un atuendo lujoso y moderno, mientras keith, vestía un traje formal y lujoso. Al ver entrar a Keith, todos quedaron sorprendidos, lo más sorprendente de todo, no era el hecho de traer a una mujer junto a él, sino de quién se trataba. Jennifer, Robert y Amaría, pensaron lo mismo. —¿Qué rayos? ¿Por qué Jun, está junto a keith? CONTINUARÁ…
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