Ariadan
Mientras Rachel y yo intercambiamos esas palabras sobre nuestro posible noviazgo, siento una extraña sensación en el estómago, como si un millón de mariposas revolotearan en su interior. Me sorprende un poco sentirme así a mis treinta años, como un adolescente con su primer amor, pero luego recuerdo el vínculo especial que compartimos como compañeros destinados, y me doy cuenta de que estas mariposas podrían ser simplemente una manifestación física de ese lazo.
Es una sensación extraña pero reconfortante al mismo tiempo. Aunque he pasado por muchas experiencias en mi vida, ninguna ha sido tan intensa como esta conexión con Rachel. Me siento tonto por dejar que estas emociones me afecten de esta manera, pero también me siento agradecido de tener la oportunidad de experimentar al
