Después de muchísimas propuestas que no me resultaron agradables, porque ya tenía mi favorito. Pasamos a degustar una “deliciosa” comida de mar. Yo no soy fanática de los mariscos así que pedí pescado frito con ensalada y mucho limón. Britney me insultaba porque me quería hacer devorar un montón de ostras, pero no obtuvo su acometido la zángana pervertida esa. Por lo mínimo ese día la mayoría de los invitados terminarían pegándole al peluche porque casi todos los platos que ofrecían eran afrodisíacos. Britney estaba al lado del senador con él que salía y hablaban muy acaramelados de vez en cuando. Los meseros empezaron a retirar las bandejas y muchos empezaron a retirarse del lugar. —¡Buenas tardes preciosas! Senador, que bueno que nos haya acompañado. —Era Juah Manuel, estaba devorá