Nate. Todavía puedo ver el rostro de la madre de Tess cuando llegué con la policía y le dije que venía a desalojarla. Es algo que de seguro me atormentará durante mucho tiempo porque cuando se la obsequié fue con la mejor de las intenciones. Acababa de quedar viuda, su hija y yo comenzábamos nuestras vidas juntos y tenía demasiados planes con ella como para dejar que los abandonara porque Tess tenía la idea de mudarse para hacerle compañía a su madre en el momento del duelo. Eso me habría destruido. Nos estábamos conociendo, llevábamos poco tiempo, pero estaba tan seguro de que me casaría con esa mujer que no dudé ni un segundo en entregarle la única cosa que tenía a mi nombre. Mi casa. Con eso mantenía a Tess cerca, pero más que nada, la mantenía feliz porque ese era mi propósito, ma