Tess.
Estoy molesta. Estoy furiosa. Estoy llena de mierda.
Los tacones resuenan en el mármol del suelo. Siento las miradas penetrantes en mi espalda y algunos tienen la fuerza para mirarme directamente a la cara. Forman un pasillo de murmullos y comentarios, algunos sacan a relucir sus risas nerviosas y hasta puedo sentir la tensión en el aire.
Eso me hace sentir bien. Significa que me respetan o al menos, están esperando el momento en que la bomba explote.
Con la mirada en alto camino entre mis empleados directo hasta la que solía ser mi oficina porque cuando abro la puerta, me encuentro con Jane de frente.
Está ocupando mi lugar, mi puesto de contadora porque ni siquiera sacó la etiqueta frente a ella, solo le cambió mi nombre.
Podría enfurecer por esto, pero solo me demuestra
