Nate. —Tengo miedo—susurra Jane, aferrada a mi brazo. Puedo ver en sus ojos que en serio se siente aterrada de no encajar o de las habladurías, así como también de su forma de vestir porque el club de campo si bien es para pasarla bien, no es más que un nido de vívoras. Uno al que se asiste con la esposa o la persona con quien te registras, en este caso, Tess. Sé que no van a echarme por romper las reglas porque el dueño del lugar es mi amigo, pero los otros miembros sí resurgieron en mi cabeza anoche cuando estábamos sopesando la idea de entrar o no hoy. Primero, las mujeres de aquí son de alta sociedad, mujeres élites. De quererlo nos dejarían en la ruina total y segundo, son esposas de la mayoría de mis clientes así que también podrían dejarnos en la ruina económica. Es un pas