-! ¡Ay! ¿Quién grita tanto?, me despierto con la flojera del mundo, estirándome en la cama, llevo mis manos a los ojos al abrirlo la luz me escandidla, escucho voces qué vienen de la salita de estar de la suite, me levanto voy abrir la puerta corredizas que divide de la cama a la sala de estar, es Francesco y Ángelo discutiendo, cómo siempre lo hacen en italiano, para qué uno no entienda.
-Bisogna deir la veritá. - Grita, Francesco.
-Lo non saá piú lodivirciar. - Le gruñe Ángelo.
-Sai ágata non vuole il. - Francesco no baja la guardia, ¿Ágata
quién será Ágata?, abro la puerta, al verme se quedan mudos.
-Buenos días, ¿Discutiendo tan temprano?, mis amores. - Le digo sarcástica
a los dos, voy dónde está Ángelo dándome un casto beso en los labios. - ¿Qué les
comieron la lengua los rat
