Recuerdo aquella ocasión en la que estábamos teniendo una perfecta tarde, caminábamos de regreso a nuestros respectivos hogares puesto que a razones de diligencias estuve cerca de su oficina de trabajo, de modo que aproveché la oportunidad de ir hasta ese lugar y esperar a que terminara su agitada jornada laboral para posteriormente tomar el camino de vuelta. Debo admitir que amaba su modo de vestir para ir al trabajo, ésta vez su negra camisa manga larga de botones bajo un espléndido saco, combinado perfectamente con un ajustado jean gris y zapatillas formales de cuero n***o le daban una apariencia de caricatura de anime japonés que representa un empresario. Hablábamos ésta vez de sobresalientes y entrelazados temas referente a la masonería, ya que ambos