Kiara no sabía si su madre aceptaría dejar que se quedaran los tres juntos, sobre todo porque su ceño parecía estar aún más fruncido que antes. Enora dio un suspiro y le dijo a su hija. _ Kiara, no siempre conseguirás lo que quieres con tus dulces palabras, aunque en realidad ni siquiera se por que te esmeras tanto por ayudar a alguien que ni siquiera conoces. _ Madre, no he intentado hacer nada manipularte si es lo que estás insinuando, yo solo siento pesar por la niña, ella debe extrañar mucho a sus padres. Enora dirigió su mirada a Alessandro y a Abril, quienes se aferraban fuertemente a su hija como si temieran que se las pudieran arrebatar. Cuando sus miradas se encontraron, Abril no gritó, no replicó y no maldijo a la reina..., solo se quedó muy quieta y callada. La única señal