Conor
Si alguno de nosotros albergaba la idea de que el entrenador Jensen podría tomárselo con calma después de asegurar nuestro lugar en las semifinales del campeonato de la División Uno de la NCAA, esa ilusión desaparece rápidamente cuando salimos al hielo para patinar el lunes por la mañana. Desde el primer pitido, el entrenador ha estado furioso como si acabara de descubrir que Jake Connelly dejó embarazada a su hija o algo así. La primera hora la dedicamos a entrenar velocidad, patinando hasta que nos sangran las uñas de los pies. Luego me pide una serie de ejercicios de tiro y hago tantos tiros a la red que siento que mis brazos se van a derretir de sus órbitas.
Silbar , patinar. Silbato , disparo. Silbato , mátame.
Para cuando el entrenador nos ordena ir a la sala de prensa para
