ALIANNA Hasta la cama llena de bultos en el motel, y en el segundo trabajo que conseguí para pagarlo, volví a estar agotado. Había estado alejado de esta vida durante tanto tiempo que me tomó un tiempo volver a acomodarme. Realmente había olvidado lo que era estar tan cansado en el trabajo que sentía mi cara entumecida, como si hubiera pasado la mañana en el del dentista. Me había echado a perder muy rápidamente viviendo en una casa grande y hermosa y durmiendo en un colchón grande y celestial. El cambio repentino del lujo a moscas muertas atrapadas en luces fluorescentes fue, por decir lo menos, discordante. Pero no tuve elección. Estaba en modo de supervivencia y sólo necesitaba pasar el verano. Necesitaba pasar seis semanas más rompiéndome el trasero en mi trabajo nocturno, durmiend