Aysel ¿Qué-demonios-acababa-de-pasar? Me quedé mirando la puerta por donde se había ido Benjamin, con el corazón a mil. Creo que nunca había estado tan asombrada. A Benjamin no le gustaba Leonor. Benjamin quería estar conmigo. CON-MI-GO. Era tan improbable que un hombre guapo y maravilloso como Benjamin se fijara en una mujer corriente como yo que no terminaba de creérmelo, pero él me lo había asegurado. “¡Ay, Aysel! Si supieras cómo he fantaseado con hacerte el amor”. Recordar el desgarrado tono de Benjamin me puso a hervir la sangre (y me alivió también la verdad; al menos no era la única que perdía tiempo fantaseando con eso). Entonces, ¿por qué demonios se había ido? Vamos, era imposible que él no se hubiera dado cuenta de que me moría por estar en sus brazos. ¿Qué clase de acti