Hoy ha sido muy pesado el día, ya es miércoles, pero si tan solo fuera un miércoles como cualquier otro, todo sería lo mejor, pero por alguna razón desconocida para nosotras, Carla ha estado insoportable estos días, nos ha pedido realizar inventarios diarios de estantes conforme asigno de cantidades y esfuerzos parecidos a cada una, a eso sumarle que ¡Hay muchos pacientes! Mis pies arden, sigo corre y corre entre los pisos entregando pedidos ¡Quiero llorar! Vengo entrando al elevador de empleados, acabo de terminar de entregar los tres urgentes que para mí buena suerte fue en pisos seguidos cuando se abren las puertas del ascensor topándome con quien menos quiero ver hoy. - ¡Pero que sorpresa!, hasta que te dejas ver – dice en un tono burlón. Decidí ignorarlo dándole la espalda. -