Durante las horas de clase no pude concentrarme, y tampoco pude huir del interrogatorio de Elena. - ¿Ahora sí me vaz a decir en qué tanto piensas? - me pregunta con su tono de voz de mamá preocupada. - ¡No tengo nada! - intento sonar lo más convincente mientras acomodo el computador portátil con el que pondremos la presentación que nos tocó hoy. - ¡Haaa!, sabes cómo te pones cuando mientes y ocultas algo, que no volteas a ver a la persona a los ojos - tiene razón, soy pésima mintiendo, al menos con ella porque con mamá si me funciona. - jaja es porque estamos ocupadas Elena, ya no tarda en entrar la profesora de anatomía - le digo entre risas extendiéndole con la mano un cable para que lo conectará con el proyector. - ¡Si tú lo dices! - dice mientras se levanta para poner el cable.