Cómo cuando puedo predecir el amor

Capitulo 1

  Mi nombre es Dora Domínguez, trabajo de secretaria en un hospital mientras junto el suficiente dinero para poder costearme la universidad, llevo un par de meses desde que mi novio Eder me convenciera a entrar aquí, ahora trabajamos juntos desde hace unos meses. 

  Soy hija de una familia pequeña, solo somos mi madre, el tonto mujeriego de mi hermano gemelo y yo. Vivimos en una casa de un barrio que es muy conocido por su delincuencia, pero al crecer juntos los chicos malos nos respetan. Mi día a día es una rutina que no se repite, aunque todo comienza igual me levanto me aseo, desayuno, tomo el tren, llegó a mi trabajo, llega la hora de salida, espero a Eder y ceno en mi casa terminando con ir a dormir. Aunque parezca aburrido siento decepcionarlos, cuando trabajas en un hospital, nunca sabes lo que va a ocurrir, y cuando digo nunca, ¡Me refiero a nuuunca!.

  El día de hoy es Miércoles por la mañana, tengo que entregar los vendajes y el equipo para cardiología, debo de estar corriendo de extremo a extremo del hospital, al llegar me recibe la enfermera encargada verificando mi pedido, y como de costumbre he olvidado algo, nunca cambiaré, soy muy muy despistada, acelerada y quiero hacer todo rápido, cuando las personas que me empiezan a conocer creen que mis accidentes de olvidos y mis torpezas son intencionales, deben de disculparme conforme me van conociendo ven que no hago las cosas con maldad terminando riéndonos juntos. 

  Mi jefa de departamento es una mujer muy conversadora a la que le cuesta aceptar el hecho de que terminó y saco adelante el turno si me la paso cayendo me, chocando con la gente, cargando cajas mucho más grandes que yo. Ha que por cierto he olvidado mencionarles que soy muy bajita de estatura, con un cuerpo promedio, no tengo muchas curvas para presumir pero me defiendo, me presento ahora sí con propiedad, mi nombre es Dora Domínguez como les dije anterior mente, tengo 19 años, soy secretaria, ¿Aunque creo que eso ya lo mencioné? ¡No importa!, prosigamos, soy hija de mi madre Sandra quien tubo la fortuna, que para mí es desgracia, ok no solo bromeó, tubo la fortuna de tener gemelos, ósea mi molesto hermano Aarón y yo, quien fue la última en nacer.

  A pesar de ser nosotros tres solos en esta enorme ciudad como lo es Guadalajara, nunca nos sentimos así, mamá se ha encargado de siempre estar con nosotros desde que papá murió, en cuanto a mi hermano y yo somos idénticos exceptuando el largo del cabello y que obviamente yo me maquillo y el no, soy bajita de cabello castaño promedio, mi piel es algo clara más no tanto para llegar a ser blanca, mis ojos son como la mayoría de los lugareños se está zona, son color miel mapple, y bueno mi hermano es un espejo de mi.

  Había terminado mi carrera en el instituto con muy buenas notas, lleve una carrera como especialidad para ser asistente contable, eso me ayudó mucho en los inventarios con los que me enfrente al entrar aquí a trabajar, aunque recordando con claridad, duramos más de 12 horas esa primera vez que llegó auditoría, si creen que yo tuve la culpa, bueno pues no, ok está bien solo un poco, unas facturas no fueron ingresadas al sistema porque las olvide en la recepción de proveedores, y así entre muchas otras anécdotas que pudiera contarles que me han ayudado a ir aprendiendo de mis errores y del estrés que conlleva mi trabajo, pero lo amo.

  El día de hoy al finalizar quedó en tener una cita con Eder en su casa, ya se los presentaré cuando lo vean ¡Les aseguro que va a encantar! ¡Es guapísimo!, Pero no nos adelantemos, les presentaré a mi compañeras de trabajo, ella es Fany la encargada del turno, es morena de cabello largo y n***o, su pasatiempo favorito es enamorarse de cuánto hombre guapo se le cruce; al dónde de la oficina se encuentra Marlen, la mano derecha de mi jefa Carla, es la típica asistente que sigue ciegamente las ordenes de nuestra jefa, es algo llenita de pelo rubio, pintado por supuesto, ya es algo mayor, por su parte mi jefa Carla es una señora no muy mayor, se podría decir que tiene la edad de mi mamá, es delgada casi igual de bajita que yo con su cabello rizado, es una mujer un tanto fría, demasiado conversadora, mira a nuestros compañeros de los demás departamentos como lobos cazadores que le robarán su rebaño, ósea nosotras, nos prohíbe hablar con ellos, comer con ellos, hasta atenderlos cuando piden cosas del almacén, es todo un caso. Les seguiré presentando al resto de mi equipo vamos un poco más adentro, en la oficina al fondo hay una puerta de cristal, ahí es el almacén, cosa que se ocupe, Rolando lo tiene, es el hombre encargado de todo, un poco robusto, no muy alto, está casado y como lo pensaron Carla le prohíbe hasta salir de su área. Y bueno así conformamos el equipo.

  Tengo que disculparme por ser tan extrovertida, pero me agradan conocer a personas nuevas, así que aquí les comenzaré a platicar mi historia, solo esperen a que salga de mi turno, por ahora tengo que correr al área de cajas que el paciente de la 405 estará por salir, le hemos cobrado de más así que llevaré las notas detalladas a cajas para que las evalúen de nuevo y él se pueda retirar a descansar a su domicilio.

  Voy caminando por el largo pasillo solitario, ¿Sabían que los hospitales son como un laberinto?, el primer día me mandaron a dejar unos expedientes al quirófano, y me perdí, oigan no se burlen de mi, fue durante mi primera semana, no me habían dado ninguna clase de recorrido solo me enviaron dándome indicaciones, ¿Dónde fue el error? en el que soy pésima para orientarme.

  Pues bueno tengo que dejarlos aquí, entregaré las notas en cajas y los espero en la salida para presentarles a Eder.

¡Nos vemos en un rato!...