Riley sintió un delicioso aroma que lo despertó de su profundo sueño, estaba un poco confundido de cómo había llegado a la cama, no recordaba más allá de estar jugando con Klaus en su dormitorio, abrió los ojos y vio una figura algo borrosa cerca de la cama, iba a hablar pero la voz no le salió, sentía la garganta seca, creyó ver una mujer, no estaba seguro de quién era, volvió a cerrar los ojos y se movió, la inmovilidad en su brazo lo detuvo. –No te muevas mucho, te puedes lastimar. Él abrió los ojos de nuevo y logró aclarar su garganta para poder hablar. –Larissa. –Siento mucho haberte despertado –habló la chica de cerca. –No –volvió a carraspear –. Huele muy bien. –Pensé que te habías despertado y quise traer un poco de comida –mencionó –. ¿Cómo te sientes? –Mejor. –Riley se mov