Miro las calles pasar a través de la ventana pensando en todo lo que sucedió dentro de ese departamento. Desayunamos como una pareja relativamente normal, convivimos horas agradables, pese a la seriedad de Cedric o su nocividad; creo que la pasamos genial. Tuvo razón en decirme que del departamento no saldríamos sin follar y aunque hubo momentos donde me resistí por no estar más horas ahí dentro, terminé cediendo ante él. Al menos, no le di mi traserito. En eso sí me mantuve firme y él sospechosamente lo aceptó y me dejó en paz. Estoy segura de que volverá, que insistirá, pero no se lo daré, Debe hacer méritos si realmente me desea “en cuatro sobre la cama” como me lo susurró en el oído, donde estuve punto a caer debido a sus besos en mi nuca, sus caricias en mi centro, su agarre en mi