Me despido de la recepcionista del restaurante, agradeciéndole por su amabilidad y excelente servicio. Mi jefe, el señor Cedric Reed, me ha pedido de último minuto que le hiciera una reservación para mañana en un distinguido restaurante, ya que se reunirá con uno de los dos de los gerentes de Kentucky. Le pidió reunirse con él, porque al parecer las cosas no están yendo bien. Al menos, fue lo poco que pude comprender al oírlo hablar a través de esa llamada telefónica. Anoche, quise conocer la empresa para quien trabajo y lo que mi jefe ha logrado en casi cinco años. Cuando estaba con Cedric, él fue considerado el CEO más joven y poderoso de la ciudad. Título que le otorgó una revista importante empresarial y yo, como su novia y prometida, no pude sentirme más feliz y orgullosa de él. Con