Casamiento

2763 Words
Molly Prometo que mañana en tu cumpleaños, te daré un bonito obsequio Molly, lo prometo. Otra vez ese sueño, creo que ya van más dos veces que lo tengo en esta semana. Abro mis ojos y veo al sol brillar atraves de mi ventana y el timbre que ya sonaba como si fueran a reventarlo.¿Quien será a esta hora? -¡Molly! -¿Lucia?.-Ay Dios, debí suponer que era ella. Lucia era mi mejor amiga, la que me conocía mejor después de Noah, aunque a Lucia la conocí aquí en Londres junto con Karin en las clases de francés. Ella es hija de una familia adinerada pero aún así nunca me ha tratado mal, no como otro gruñón rico que solo se la pasa gritándome. -¿Aún estás durmiendo? Despierta mamita, despierta. Tienes que contarme todo. -¿Todo de que?.-Pregunto, yo aún sigo en pijamas y con el cabello enmarañado. -¡Molly! Hablo de Noah, ¡Como no has podido decirme que viene a Londres! -Ah eso ,lo siento, lo había olvidado.¿Quieres algo de tomar? -No, no, más bien cuéntame como es eso que viene a la capital a quedarse. -No te hagas muchas ilusiones Lucia, recuerda que él tiene novia, Megan. -¿Y? Mientras no se casen no importa, aún tengo esperanzas. Voy a la cocina y preparo algo de café mientras hablo.-Olvídalo, Noah viene a vivir con Megan a Londres. -¿Que?¿Con ella? -Sí, con Megan, porque mejor no lo olvidas, él está muy enamorado de ella. Tú solo lo has visto una vez y ya dices que estás enamorada. Suspira, pobre.-Tú no me entiendes Molly, fue amor a primera vista, me enamoré de él y no pude evitarlo, cuando te pase algo así me entenderás. Si supiera que eso me pasó a mí hace algunos años. -Lo sé, sé lo que se siente estar enamorada a primera vista Lucía. -¡¿Que dijiste?! -Lo que oíste. Me enamoré a primera vista de un hombre llamado Hans. Era tan lindo, amable, alegre, guapo.-Suspiro de solo recordarlo. -¡¿Hans?! ¡¿El tipo sexy que estás cuidando?! -¡No! ¡Ese Hans no!. ¡¿Cómo se te ocurre?! este Hans es todo lo contrario a mi primer amor. -¿A ver cómo es eso y porque hasta ahora yo no lo sabía? -Pues, eso ocurrió hace ya varios años, cuando era una chiquilla y no sabía que estudiar aún. Fue hace mucho que prefiero no hablar de algo que me dolió bastante.-Respondo mientras llevo las tazas de café. -Así que si tuviste un novio después de todo Molly. -No fue mi novio Lucía, nunca fue nada, aunque creí que él se sentía de la misma manera que yo, pero solo fue una ilusión mía, simplemente desapareció y no volví a saber nada de él. -Oh vaya, no sabía esa parte de tu vida Molly, pobre de tí. Quien sea ese tarado se perdió a una bella mujer. -Pues gracias por lo de bella.-Nos reímos y nos tomamos nuestra taza de café. Sí, hace ya varios años, creo que unos 7, me había enamorado a primera vista de un hombre llamado Hans, nunca supe su apellido, solo su nombre y que vivía en Nueva York, nos encontramos solo un par de veces, pero fue más que suficiente para darme cuenta que mi corazón latía rápido, que me faltaba el aire con solo verlo. Eso era amor y creí que él sentía lo mismo, me lo dijo, hasta me dió mi primer beso pero el muy idiota desapareció, se fue sin dejar rastro y justo en el día de mi cumpleaños en el que prometió darme un lindo obsequio, pero que tonta fuí. Suena mi teléfono, es raro que suene, yo casi nunca lo utilizo ya que no paro mucho en mi pequeño cuarto alquilado. -Molly contesta. Tengo miedo, algo me dice que no conteste. -Bien, si tú no lo haces, lo haré yo, lo pondré en alta voz. -¡No Lucia!.-Intento detenerla pero me gana. -¿Aló?¿Molly? No puede ser, es el gruñón. -Contesta Molly.-Susurra a mi oído mi queridísima amiga. -¿Que quieres? -¿Cómo que que quiero?¡¿Dónde rayos estás?! ¡Ya deberías estar aquí! Este idiota, apesar que no me ve, sigue gritándome, miro a Lucia y se muerde los labios. -Hasta gritando se escucha tan sexy. -Cállate.-Intento que baje la voz y Hans no la escuche. -¿Molly? -Sí, te escucho Hans, pero lo siento, acabo de levantarme, además mi horario de ingreso es a las 9. -Eres una completa descuidada,¿Acaso olvidaste que debías venir más temprano? El alcalde de Londres ya está aquí. -¿El alcalde de Londres?.-Lucia y yo nos miramos, no entiendo. -Molly, tienes solo 30 minutos para llegar y no me hagas renegar, de lo contrario ya sabes lo que pasará.-Dice y cuelga. -Vaya pero que potente voz.-Se burla, yo intento recordar porque tenía que llegar más temprano hoy.-Oye Molly, ¿Y porque dijo que el alcalde estaba en su apartamento, eh? Da un sorbo a su taza, yo sigo haciendo memoria hasta que regreso a la realidad. -¡No! -¿Que? Me levanto del sofá. Ya recordé lo que pasó ayer. -¿Molly? -Me voy a casar. Lucia escupe su café y tose.-¡¿Cómo que te vas a casar Molly?! ¿Con quién? Me llevo una mano la cabeza.-Pero yo pensé que era un sueño. -¿Un sueño?¿De que estás hablando Molly?¿Con quién te vas a casar? La miro, me va a matar, Hans don gruñón es el amor platónico de Lucia.Desde que lo vió en el hospital se quedó prendada de él, solo que la muy fantasiosa dijo que debía serle fiel a Noah, y apenas que solo lo había visto una sola vez. -¡Molly! -Ay no me grites, más bien debo ir a cambiarme.-Voy a mi cuartito y busco algo decente pero no tengo nada. -Molly respóndeme. Me detengo, no estoy pensando bien. -Me voy a casar con Hans. -¡Que!¿Estás bromeando verdad? La miro, ni yo me lo creo. Ayer acepté casarme con Hans solo porque había dicho delante de sus tías que yo era su esposa y pues según él lo había metido en un gran problema. Me pongo mi ropa de internado y me amarro el cabello en una cola alta, listo, así estoy bien. Lucia aún sigue sin moverse, en el mismo lugar.-Si quieres te quedas, pero cierra la puerta cuando te vayas. -Espera, espera.¡¿Te vas a casar con el bombón sexy justo ahora?! -Sí Lucia, ayer pasó algo con sus tías, ya después te cuento, pero esto es solo para fingir, nada más, ese tipo no es nada para mí. -Si como no, tu te mueres por él. -¿Que? -Ay Molly no te hagas, se te nota en los ojos que te gusta.-¿Que dijo? Me mira de arriba a abajo.-¿No pensaras ir con eso, verdad? -Lucia, esto es solo para fingir, no tengo que estar arreglada, además no me gusta ese tipo. -Sí, puedes mentirme pero no a tu corazón Molly. Me jala, toma su cartera y salimos a su camioneta. ¿Que quiso decir con que no puedo mentirle a mi corazón? No entendí. -¿Me vas a llevar? -Obvio, él dijo que iba a estar el alcalde, entonces debes tener al menos un testigo, además no puedes presentarte así en el día de tu boda. -Lucia, creo que no me escuchaste.-Levanta su mano y me calla. -Alo, si, soy yo, tengan todo listo, llego en 3 minutos.-Cuelga su celular y mantiene una sonrisa misteriosa.¿Que este todo listo?¿A qué se habrá referido? Conduce hasta que se detiene en un salón de belleza.-¿Que hacemos aquí? -Ya veras querida.-Aplaude hasta que aparecen dos mujeres.-Arréglenla, tenemos solo 20 minutos. -¿Que?Lucia no tengo tiempo para esto, tengo que llegar en 25 minutos sino Hans se va a enojar y odio tener que aguantarlo. -Tranquila querida, mira ya llegó tu vestido y zapatos. -¿Vestido?¿Zapatos? Entra un hombre con una caja y se lo da a Lucia. Ella lo abre y no puede ser. -¿Bromeas verdad Lucía?¡Es un vestido blanco! -Por supuesto, te vas a casar. No podia creerlo. Estaban haciéndole algo a mi cabello, maquillándome y Lucia parecía la más feliz. No pasó más de 15 minutos y ya estaba lista.-Bien, ponte esto ahora. -No Lucia, no voy a ponerme esto, es demasiado. -Pues ese look no va con esa ropa de internista. Me veo al espejo,es cierto, mi cabello liso y este maquillaje era para algo mas formal.-Molly muévete no tenemos tiempo. -Ya voy, ya voy.-Prácticamente fui arrastrada por mi amiga a ponerme un vestido blanco que jamás pensé que usaría. Ay no, no pienso salir así.-Dije mirándome al espejo. Era demasiado escotado, sin mangas y ceñido al cuerpo. -A ver Molly, ¿Cómo te quedó? Me mira.-Oh cielos, sabía que ese vestido iría bien contigo, si te pusieras ese tipo de ropa hace tiempo ya estarías casada. -Lucia yo... -Lucia nada, nos vamos.-Dijo jalándome hacia su camioneta, ella iba bien vestida así que no necesitó más que un planchado rápido para verse bien. Yo estaba nerviosa, tanto que no sabía ni que decir o que debía hacer. Ese tarado de Hans, no me dijo que el mismo alcalde estaría en su apartamento para casarnos. Ay, ¿En qué me estaba metiendo? Bajamos de su camioneta y ella me jalo, estos zapatos me mataban pero debía caminar.Subimos y en la entrada ya me esperaban. -¿Srta Molly?.-Me miró sorprendido el Sr Rubén, el mayordomo de Hans, supongo que por mi apariencia. -Sí, soy yo.¿Ya llegó el alcalde? -Sí, ya llegó.-Sigue con esa mirada de sorpresa, hasta que se da cuenta de la presencia de Lucia. -Hola.-Saluda ella. -Ah, Rubén, ella es Lucia, mi mejor amiga y dijo que ... -Si Molly se va a casar, debe tener un testigo,¿No?.-Me corta la conversación. Rubén sonríe al ver a mi entusiasta amiga.-Tiene toda la razón Srta Lucia. Yo seré el testigo del Sr Hans y usted de la Srta Molly. No podía creerlo. -Porfavor, síganme las dos.-Avanzamos hasta la sala y nos dejó.-En un momento el Sr Hans vendrá, porfavor esperen. -Claro, dígale al novio que su futura esposa acaba de llegar. -¡Lucia!.-Le doy un codazo.Esto era demasiado. Yo me estaba derrumbando por dentro, mientras que Lucia parecía pasarla bien, más bien diría que estaba emocionada con todo esto. Cuando entré, la amplia sala había sido vaciada, solo estaba una mesa en el centro, un hombre con cámara y el mismísimo Sr alcalde. -Oh,un placer volver a verlo Sr alcalde. -Srta Varelys, un gusto. -El gusto es mío.-Dice sonriente mirándome. Debí suponer que ella debía conocerlo, después de todo su familia es proveedora de productos al estado de gobierno de la ciudad. Miro a todos lados pero no veo a Hans. Esto no parecía ser algo sencillo como él me lo dijo ayer. -Vaya, ya era hora.-Escucho su voz, esa odiosa pero sexy voz.-Me doy la vuelta para verlo pero me quedo sorprendida. Apesar que estaba en una silla de ruedas, se veía tan imponente con ese traje, se notaba que el Sr Rubén lo había ayudado. -Molly, despierta.-Escucho la voz de Lucía despertándome de mi mundo. -¿Que? -Ve por tu marido, parece que se quedó hipnotizado al verte, te lo dije. -Pero que dices, eso no es cierto.-Lo miro, es imposible que me vea como ella dice. Él me odia, no le caigo, eso me lo dejó muy en claro. -¡Cof!¡Cof! Lamento la demora Molly. Dice apenas llega a mi lado y Lucia se aleja al lado del Sr Rubén. -¿Esto es a lo que te refieres cuando decías algo sencillo? -Tenía que quedar bien con el alcalde Molly, no es algo que quisiera, pero Rubén me lo sugirió. Además si estamos en este embrollo es por tu culpa, recuérdalo. Me callo ante tal afirmación. Cómo lo suponía, odia la idea de casarse conmigo, solo lo hace para que sus tías sepan que realmente está casado conmigo y no lo obliguen a casarse con una desconocida. ¡Pero que esperaba! Caminamos hacia la mesita donde el Sr alcalde estaba alistando todo para proceder a mi funeral, a mi muerte, no se ni porque estoy haciendo esto. -Oye Molly. -¿Que quieres?.-Pregunto en un tono molesto. -Estas preciosa. ¿Ah?¿Escuché bien?¿Dijo que estoy preciosa? Volteo a mi derecha a verlo, creo que escuché mal, él jamas diría algo como eso. El alcalde siguió con su discurso aburrido, mientras mi mente divagaba por esas dos palabras que me habían emocionado.¿Pero porque? -Molly responde. -¿Que? -El alcalde te está preguntando tonta. -Vuelvo a preguntar Srta Molly Adams, acepta usted por esposo al Sr Hans Brown para estar con él, en las buenas y malas, para amarlo y respetarlo.... Oh cielos, no estaba segura de lo que iba a responder, se suponía que esto iba a ser rápido, que sería para beneficio de ambos, pero esto se sentía tan real. Flashback (Un día antes) -¿Que dices?¿Casarnos?¿Bromea verdad Sr Hans? - No estoy para bromas Molly, quisiste pasarte de lista, pues ahí está, estoy contra la pared por tu mentira. -Ya, ya no me grites.-Lo miro, lo pienso, no creo que casarse de mentira sea un problema.-De acuerdo, me casaré contigo, pero a cambio, tú también deberás ayudarme. -¿Ayudarte?.-Se ríe. -Bien, si no quieres olvídalo, no me caso y tú te casarás con la elegida de tus tías. Me lanza una mirada de muerte, no soy tonta Hans, también debo utilizar esto a mi favor. -De acuerdo,¿Que es? Tomo asiento y hablo.-Pues, un amigo y su novia vienen a vivir a Londres. Es mi amigo de la infancia y estoy segura que mi padre debe haberle dicho que me cuide, es como un hermano. -No entiendo,¿Y en qué debo ayudarte? -Pues. -Molly habla antes que me arrepienta. Ay don gruñón. -Mi amigo cree que vivo en un buen lugar y que tengo un novio. -¿Tienes un novio?.-Pregunta frunciendo el ceño, parece molesto, debe ser imaginación mía. -No, no lo tengo, así que pensé que como quieres que sea tu esposa de mentira, pues no estaría mal que te presente como mi novio ante él. Me mira sin decir una palabra. Me desespera verlo así.Vamos don gruñón di algo. -De acuerdo. Seré tu esposo después de todo.Mañana ven temprano, sera algo sencillo, rápido, nadie lo notará. -¿Mañana? -Sí Molly, mañana. Lo más probable es que mis tías averiguen lo más pronto si les mentí, y es obvio que irán al ayuntamiento a averiguar si estoy casado contigo. -Ah, ya entiendo. -Ahora vete, mañana a las 8, te quiero aquí, sin falta y ni se te ocurra arrepentirte. -No, eso no pasará, más bien, ¿Hasta cuándo será esto? -Cuando mis tías se vayan y dejen de sospechar, nos divorciáremos.Por supuesto te pagaré por esto, no te preocupes. Y así fue, eso paso ayer, y aquí estoy, ante el alcalde preguntándome algo que pensé que sería, que debía ser mi día más feliz, casarme con el amor de mi vida, con el hombre al que amaría con todo mi corazón, pero no. Estaba apunto de casarme con un hombre de piedra, que me odia, que no siente nada por mí. -¿Srta Molly? Miré una vez más a Hans y recordé lo que Lucia me dijo en la mañana. ¿Me gusta este hombre? Quizás, no lo sabía, pero cuando lo tocaba y miraba, mi corazón latía demasiado rápido hasta me faltaba a veces el aire. -Si no quieres casarte no lo hagas Molly. Escuché decir a Hans, pero algo dentro de mí no quiso escucharlo. Me agaché a su altura y sin responder aún a la pregunta del alcalde lo besé, sí, ¡Lo besé! Debía estar loca por hacer eso, pero él no me detuvo y se sintió tan bien. -Acepto, sí acepto Sr alcalde.-Dije mirándolo a los ojos, esos ojos café claro. Recién me daba cuenta que Hans, este Hans gruñón, me gustaba.
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