CINCO

739 Words
Punto de vista en tercera persona: —¿Qué demonios crees que estás haciendo? —Lucas rugió, su ira dirigida hacia sus exnovias que acababan de arrojar a Ember al lago. Diana, Vera y Fiona se levantaron apresuradamente, el miedo reemplazando su agresión inicial. La presencia de los trillizos los había asustado. Lucas se zambulló en el lago y sacó a Ember, que ya estaba inconsciente, del agua. Rápidamente revisó su pulso y suspiró aliviado al saber que todavía estaba viva. Los ojos de Caleb se estrecharon hacia sus exnovias. —¿Te atreves a ponerle una mano a nuestra pareja? La mirada de Tristen penetrante, su voz fría y amenazadora. —Deberían estar agradecidas de que no las destrocemos por atacarla. —¡Desaparezcan! —ordenó Lucas y las chicas salieron corriendo de su vista. A pesar de que los trillizos no estaban felices de estar emparejados con Ember, a quien despreciaban, eran muy posesivos y protectores con todo lo que era suyo, y eso incluía a Ember. —Te has convertido en un gran problema para nosotros, Ember. Nuestras vidas ya eran suficientemente complicadas sin agregar este lío —gruñó Lucas, mirando el cuerpo inconsciente de Ember. —Deberíamos llevarla de vuelta. Es nuestra responsabilidad ahora, nos guste o no —murmuró Caleb. —Deberíamos llevarla al hospital —dijo Lucas asintiendo de acuerdo con la sugerencia de Caleb—. Así que al hospital vamos. Sáquenla de aquí. Tristen levantó cuidadosamente a Ember en sus brazos, su cuerpo inerte apoyado contra él. Los trillizos se movieron rápidamente, dejando atrás el lago mientras se dirigían hacia su auto. La acomodaron en el asiento trasero del auto, con su cabeza descansando en el regazo de Caleb, Lucas al volante y Tristen en el asiento del pasajero. —Este lío tiene que terminar rápido. No podemos dejar que nos cause más problemas —murmuró Tristen. Lucas le lanzó una mirada severa. —Es nuestra pareja, Tristen. No podemos simplemente abandonarla. La diosa de la Luna la eligió para nosotros. —Sí, ¿y qué? No me digas que realmente estás interesado en estar con ella. ¡Ella es una omega! Ni siquiera entiendo por qué querías que dejáramos a nuestras novias —contraatacó Tristen. —¿Qué pensarían los ancianos de la manada si se enteran de que todavía estamos jugando con otras chicas después de encontrar a nuestra pareja? Pronto seremos coronados Alfas, por lo que cada acción que tomemos se tomará en cuenta —explicó Lucas—. No me importa un carajo ella, pero por nuestra reputación es mejor que finjamos aceptarla en público —continuó. —No tengo intención de fingir ser amable con esa chica —argumentó Tristen. —¡Solo en público, Tristen! De todas formas no podemos luchar contra el vínculo mate, así que mejor hagámoslo funcionar —dijo Caleb, mirando fijamente a Tristen. —Está bien —dijo Tristen, rodando los ojos molesto. Al llegar al hospital, explicaron la situación al personal médico. Ember fue llevada de urgencia a la sala de emergencias, y los trillizos esperaron ansiosos en la sala de espera. Después de lo que pareció una eternidad, un médico salió de la sala de emergencias. Los trillizos se acercaron ansiosos, listos para saber sobre el estado de Ember. —Ella está estable ahora —les informó el médico—. Se está recuperando bien, pero tal vez necesite algo de tiempo, así que se quedará en el hospital para que podamos vigilar su progreso. Lucas asintió aliviado. —¿Podemos verla? El médico los llevó a la habitación de Ember. Punto de vista de Ember: Estaba sintiendo tanto dolor que incluso el lento y rítmico pitido del monitor cardiaco se volvió un ruido en mi cabeza palpitante. Una punzada de dolor recorrió mi cuerpo conforme los recuerdos regresaban. Los trillizos descubriendo que eran mi pareja y el brutal ataque de mis exnovias. Gruñí, intentando incorporarme, pero el dolor me detuvo. Mis ojos se abrieron, ajustándose a la dura iluminación del hospital. —Relájate, solo dolerá más si sigues moviéndote —dijo amablemente la enfermera a mi lado. —Aquí —dijo, entregándome un vaso de agua. Suspiré aliviada al sentir el agua mojar mi garganta seca. El sonido de la puerta de la habitación del hospital llamó mi atención. Mis ojos se abrieron al ver a los trillizos entrar en la habitación. ¿Han venido a atormentarme también?
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