—Es la policía, sabemos que están aquí—¿qué mierda? ¿Pero qué está pasando?
—¿Qué vamos a hacer Beck?—susurra Susy espantada, sujetando mi brazo
—Tu tranquila, yo me encargo—la abrazo y la llevó de nuevo a donde estábamos, pero en una parte más oculta, junto con ella aquella niña muerta
—¿A dónde vas?—me sujeta del brazo angustiada
—Iré a donde están los policías y hacer lo mío—le guiñe un ojo y ella me soltó
Tome mi forma de ser de oscuridad, me escabullí en las sombras del túnel, con mucha cautela, eran tres oficiales, uno de ellos era Wade, el oficial que vigilaba y cuidaba de Susy, demonios, no puedo matarlo, él no me ha hecho nada, pero si se mete con Susy, se meterá conmigo. Ellos están buscando algo miedosos, debo admitir que este lugar es un asco y tiene una apariencia de miedo, está tan oscuro que no hay tanta iluminación, ellos llevan consigo unas linternas y sus armas, miro que en el suelo hay algunos rastros de sangre, espero que ellos no se den cuenta
—Vámonos ya chicos, aquí no hay nadie, de seguro esos drogadictos huyeron, por otra parte—dice uno de los oficiales, sentí un gran alivio
—Aparte este lugar me da miedo, vámonos—incita Wade, ellos salieron y se escuchó un ruido cercano, maldición no, Susy
Fui rápidamente y vi a Susy espantada, ya que se había movido y aventó una lata, ella está horrorizada, la tomó entre mis brazos junto con la niña llevándola a otra entrada de los túneles, algo más escondido, fui a donde estaban los oficiales y ahí están, no me quedo otra opción más que hacer lo mío, yo me hice presente, tomando forma de un lobo n***o y enorme. Salí entre la oscuridad y gruñía, ellos salieron despavoridos del lugar, me reí al verlos, no quería matarlos
Fui hasta donde estaba Susy, estaba dormida en una colchoneta, pobre necesita descansar en su cama, este no es lugar para ella ni para mi bebé. La cargue con cuidado y ella despertó, acurrucó su cabeza en mi pecho, sus brazos rodeaban mi cuello, me gusta sentir su cálido cuerpo apegado al mío, anhelaba tanto esto. Rápidamente, la llevo a su habitación y la pose con cuidado en su cama, evitando que se despertara o sintiera alguna incomodidad. Me iba a ir, pero oí su bella voz, me detuve a ver que quería
—No te vayas, quiero que te quedes aquí—gira a verme y yo no puedo evitar sonreír, esto me hace sentir tan feliz
—Como tú digas—me despojo de mi ropa, quedando cómodo, me acuesto detrás de ella acariciando su vientre
—Extrañaba esto—se gira quedándonos frente a frente
—Yo mucho más, nena— besé sus labios y ella reacciona rápidamente
Nuestros besos iban aumentando, ella pasaba sus manos por mi mejilla y desciende a mi pecho, creo que la cosa se iba acelerando, cuando la detuve, ella me ve fastidiada y hace mueca, de nuevo me besa y su mano baja a mis glúteos apretándolos e iba a pasar su mano en mi entrepierna y quité su mano, deseo tanto que ella me toque por todo mi cuerpo, pero estando ella embarazada no creo que sea apropiado
—¿Qué pasa?—pregunta molesta y un tanto confundida
—Pasa que, no podemos hacer esto—ella arquea la ceja, haciendo expresión sin sentido
—¿Y por qué no?—vaya, sí que no entiende el porqué no
—Pues por el bebé Susy—ella ríe y la miro desconcertado
—No pasa nada, quiero hacerlo, lo haremos con cuidado, ¿sí?—la verdad no puedo negarme, estaba deseando hacerla mía
—Lo haré con cuidado y si te duele, me detengo, ¿de acuerdo?—ella asiente
Estaba deseoso de ella, sentirla, tocarla, acariciarla y hacerle todo aquello que me excita. Ella quedó abajo yo encima de ella sin aplastarla, besaba sus labios y mordía el labio inferior, baje a su cuello, depositando delicadamente unos besos, mi boca se encontraba ahora en sus pechos, para esto, le quite la blusa, por suerte no tenía sostén, me es más fácil chuparle los pechos. Ella gemía mi nombre, qué excitante es oír su voz así. Con mi mano apretaba su pecho y con la otra entrelazaba mi mano con la suya, mi boca hizo su labor en sus pezones rosados e hinchados. Ahora se llegaba la mejor parte, bajar a su feminidad
—Mírame mientras te lo hago—digo autoritario, ella se muerde el labio y asiente—Tan dulce y deliciosa—dije con mi voz ronca
Mi labor comenzó, jugueteaba un poco con su clítoris, mi dedo se encargaba de masajear su zona, yo la miraba, ella cerraba los ojos y apretaba la boca para no gritar. Ahora mi lengua se encargaba de succionar su clítoris y ella seguía arqueando la espalda, quería hacerlo más fuerte, pero me detenía por el bebé. Mi pulgar masajeaba su clítoris mientras que mi lengua hacia el resto. Mi m*****o estaba completamente duro, la ropa me molestaba y me la quité, ella se mordía el labio al verme desnudo
—¿Te gusta lo que ves?—digo arqueando la ceja, coqueto
—Me encantas—dice jadeante, sus mejillas están rojas, está muy excitada
Seguía dándole sexo oral, estaba muy excitado, ella ahora gemía más, pero trataba de no hacerlo tan fuerte, no queremos que los demás descubran lo que estamos haciendo, sus jugos eran deliciosos, ¿será que es por el embarazo? Ella quería correrse, pero se lo impedí, mordía aún más su labio desesperada, veía su pecho bajar y subir, podía sentir como su cuerpo temblaba
—Por favor......... por favor Hellbe........—me encanta hacerla suplicar
—¿Qué sucede?—pregunto neutral
—Hazlo ya—sonreí, me excita que ella me lo pida
—¿Lo quieres ya?—aún la torturó
—Sí........ si hazlo—no la había visto tan excitada
—¿Que es lo que quieres?
—Quiero tenerte dentro de mí, ahora—la palabra mágica
Sin más que decir, hice caso, la verdad ya me moría por hacérselo. Introduje mi m*****o lentamente, ella estaba muy apretada, se siente delicioso, con cuidado logre meterlo todo. Ella soltó un grito y sus ojos estaban llorosos, demonios, la lastimé, me iba a quitar y ella negó. Comencé a embestirla con cuidado, pero mis deseos de sentirla fueron aumentando, me movía un poco más rápido, sus pechos se movían aún más y los apretaba, ella gemía tan delicioso. Cada vez aumentaba mis embestidas, a ella pareció no dolerle, así que seguí dándole duro. Al paso de unos largos minutos, terminaba, ya no podía más, ella apretaba mis brazos y estaba insaciable, perdí la cuenta en las veces que ella tuvo orgasmos. La besé en los labios y antes de terminar, me moví más rápido y sin más, mi semen se explotaba dentro de ella. Me acosté a su lado, estaba muy agitada y con un semblante que jamás había visto
—¿Te lastimé?—la miro a los ojos
—Para nada, me encanto, fue maravilloso—bese su frente, la acerque hacia mí
—Te amo Susy—sonrió y beso sus labios, ella corresponde
—Y yo a ti mi amado Hellbe—soy plenamente feliz, escuchamos ruidos cercanos
—Susy, ¿aun estás despierta?—abrían la puerta, estoy desnudo junto con Susy, ¿qué diablos?