MI OBSESIÓN © VOL. II

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—Eso no lo permitiremos amor, si ellos te lastiman, yo me encargaré de matarlos—dijo una Susy muy molesta

—Por eso te amo nena—me aproximó a sus labios besándolos—Por cierto, nena, te he visto muy pálida desde que estabas en el hospital, te hace falta nutrirte—ella entrecierra los ojos

—Estás diciendo que debo...—pauso y se quedó pensativa

—Así es, debes beber sangre de un humano—ella cierra los ojos soltando un suspiro

—No lo creo, yo no soy como tu amor, lo hacía porque los bebés y....—la interrumpo

—Ya lo veremos—tomo de su mano, haciendo que se levante con cuidado, jalo de ella llevándola al ventanal

—Pero, ¿qué haces?—pregunta sorprendida

—Iremos de cacería—sonreí y me transformé en Hellbe

Salimos por el ventanal, los bebés se encontraban plenamente dormidos. Nos escabullimos sin hacer algún ruido que hiciera despertar a los demás. Caminamos entre el bosque oscuro y silencioso. La caminata se prolongó larga, comencé a desesperarme y Susy igual, además ella no podía caminar mucho, se sujetaba mucho el vientre, ella aún no estaba sanada del todo, tenía que volver con ella a casa y evitar que se complique todo

—Amor, no hay nada interesante, mejor regresemos, los niños se quedaron solos—incito Susy, se veía agotada y fastidiada

—Yo creo que si nena, no hay nada bueno hoy—nos íbamos a retirar cuando escuchamos algo

—¿Qué será eso?—pregunta Susy algo asustada

—No lo sé, hay que ir a ver—caminamos despacio, vimos que eran dos chicos, parecían drogados—Estas de suerte nena—la mire y sonrió

—Será un honor verte mutilarlos—esa es mi chica, bese sus labios y me fui

Ella se escondía por un árbol, lograba ver un poco lo que hice, así que me pare frente a estos dos chicos drogados, ellos se rieron al verme lo cual logró enojarme, escuchaba que entre ellos decían “mira ese estúpido vestido de idiota” o “se ve tan ridículo”, me enojo aún más escuchar eso así que busqué entre sus mayores miedos

—Ya se divirtieron idiotas, ahora es mi turno—dije con mi tétrica sonrisa y mi piel pálida—Ahora sabrán lo que soy capaz—me transforme en un perro gigante y logre aparecer a otro perro gigante

Ellos comenzaron a gritar y a empujarse por correr lo más lejos de mí, fue inútil, ya que al parecer sus piernas no correspondían y estaban inmóviles. Me acerqué hasta ellos, el otro perro hacia los mismos, los acechaba, los olfateé y me lancé contra uno de ellos mordiendo su rostro, el otro perro le mordía un brazo al otro, los dientes eran tan afilados que se podían desmembrar. Susy se acercó y me contemplaba, yo tenía mi forma de Hellbe ahora y mataba a uno de los chicos, ella se arrodilló

—¿Deseas comer uno?—le pregunté con obviedad

—No, no como crees, solo... solo quiero ver—miente, lo veo en sus ojos, ella ve al otro perro matando al otro hombre

—No me engañas amor, los estás deseando comer, anda, no te resistas—digo incitándola

—Lo haré, pero no le digas a nadie—me mira autoritaria

¿Y por qué lo diría? Si antes lo hacías y ahora también, ¿por qué lo haría?—la miro a los ojos

—No... no lo sé amor, es que esto es raro—baja la mirada

—Todo está bien nena—me acerqué a ella tomándola del rostro

—No, Beck, esto no está bien, durante el embarazo hacía esto porque los bebés lo necesitaban, pero ahora que ellos ya no están aquí.....—pausa y toca su vientre—¿Por qué me está pasando esto Beck?—pregunta angustiada

—No lo sé bien amor, pero probablemente sea porque es tu instinto y porque tienes parte de mi sangre dentro de ti—ella me ve ahora con obviedad

—Claro, eso puede ser, pero... ¿Crees que estaré bien? Es decir, ¿me transformaré como tú?—su mirada de clava en la mía

—Estarás bien, no creo que eso pase—sonrió y ella igual

Sin pensarlo más, ella solo decidió beber la sangre que emanaba del cuerpo de ambos, yo no hice nada, no tenía apetito, todo lo hice por ella, logre desaparecer al otro perro, dejamos los cuerpos de estos hombres en medio del bosque. Nos fuimos a casa, por suerte los bebés aún estaban dormidos, nadie se dio cuenta de que salimos y entramos, o eso pienso yo. A la mañana siguiente, como rutina, me aliste para ir al trabajo, me despedí de Susy y de mis hijos

—Los extrañaré mucho mis niños—me acerqué a su cuna—Eres tan hermosa Layla—dije mientras la pequeña tocaba mi dedo con su manita—Y tu mi pequeño Logan, eres tan rudo como papá—él apretaba mi otro dedo con más fuerza, los apapacho otro rato más y salí al trabajo

Me dispuse a irme al Burberry, Chris se fue conmigo en el auto, ya no está tan serio como ayer. El trabajo estuvo tranquilo, todo iba tan bien hasta que vi entrar a Elisa. Por suerte estoy en la barra, así que no me corresponde ir a atenderla. Pasan los minutos y solo ha pedido café, se limita a verme, pero de reojo lo hace, no sé que está tramando. Se llega la hora de salida, ella aún permanece ahí, ¿que acaso no tiene nada mejor que hacer?

—Oye amigo, la chica de allá quiere hablarte—dijo Chris señalándome a Elisa

—¿A si? Pues dile que se vaya al demonio—dije un poco fuerte para qué escuchará

—Mira, yo no sé que ha pasado entre esa chica y tú, pero algo me dice que deben hablar—ahora resulta que Chris apoya a ella

—No Chris, no lo haré y si me disculpas ya termine mi turno y tengo que irme—dije algo molesto asiéndolo a un lado

Deje en orden la barra, fui a los lockets por mis cosas, no tengo humor de ver a Elisa, no puedo hacerlo, siento muchas emociones cuando la veo. Salí y esperaba no encontrarla ahí, pero me equivoqué. Iba a salir, pero ella me habló e insistió, accedí ya que no quería armar un escándalo en pleno trabajo, además estoy seguro de que hubiera sido tan capaz de venir todos los días a molestarme, es mejor ponerle fin a todo

—Sé breve y di que quieres—me senté frente a ella molesto

—No tienes por qué hablarme así Beck—dijo sería

—Así es como te mereces que te hablen—sonrió sarcástico

—Pues no me parece—dijo bastante seria

—¿Me dirás que quieres?—reste importancia a su actitud

—Quiero advertirte de algo—si claro, como no

—¿Sobre qué? Porque si me permites recordarte, yo soy el malo aquí, ¿sabes?—dije en un susurro mostrándole mis ojos cambiando de color

—Se trata de Marcus—esto si no me lo esperaba