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967 Words
—¿Y qué te dijo?—pregunte algo intranquila —De nuevo estaré en peligro—al escuchar eso, sentí un dolor en el estómago —¿Por qué dices eso amor?—tocó su rostro para que me vea a los ojos —¡Susy!— escuché un grito desde la sala —¿Qué sucede?—me levanto de la cama, asomo la cabeza por la puerta —Layla comenzó a llorar y ahora Logan lo está haciendo—solté un leve suspiro —Descuida nena, ve por los mellizos, de seguro quieren comer—lo miré y sonrió de lado —Ahora vuelvo, amor—salí de la habitación, caminando hacia la sala —O miren niños ya llegó mamá—dijo Ryan tranquilizando a Layla y a Logan —Vengan con mamá— estiré mis brazos para cargar a Logan —Ayúdala a subir a Layla—sugirió Gina, Ryan se levantó y subió las escaleras junto conmigo —Te debo una, Ryan—dije mientras abría la puerta —No es nada, por estos pequeños haría lo que fuera—sonrió mirando con ternura a Layla —Por favor, acuéstala—le señalé la cuna y eso hizo —Los dejó descansar, nos vemos—beso la cabecita de Layla, después la de Logan y finalmente a mí —Gracias—sonreí de lado Cerré la puerta, procure no hacer mucho ruido, ya que Beck estaba dormido, me resulta extraño, puesto que no es de dormirse de inmediato. Me coloqué a Logan en el pecho y le di de comer, hice el mismo proceso con Layla, turnándolos para no cargar a ambos al mismo tiempo. Terminaron de comer y se quedaron dormidos profundamente, eso me genera alivio, así podre dormir cómoda. Me acurruco detrás de Beck, pase mi mano por su abdomen y él me tomó por la mano. A la mañana siguiente, desperté primero que Beck, baje a la cocina para subirle el desayuno. Al subir, él ya estaba despierto asomando su cabeza a la cuna de los mellizos, lo contemplé un momento y verlo así me pone feliz, él me ve y sonrió —Buen día, amor—dejó la bandeja en la mesita de noche y me aproximó a él, para besarlo en los labios —Buen día, nena—me da otro apasionado beso, tomándome de la cintura—No debiste molestarte, amor, aún no estás bien—dijo mientras me acariciaba el cabello —Te veías tan tranquilo dormido, amor, era lo menos que podía hacer, además, anoche llegaste mal—bese la comisura de sus labios —Eres un encanto, Susy Bradley—sonríe tan encantador —Y tú eres el mejor papá del mundo—dije mientras veía a Logan estirar su manita hacia Beck —¿Lo soy? ¿Tú lo crees hijo?—cargaba sonriente a Logan, él solo soltaba unas pequeñas risas, sé que Logan es aún pequeño, pero, pareciera que ya supiera muchas cosas —Te adora—sonreí, al ver esa escena, cargue a Layla, la cual ya comenzaba a despertar —Y yo los amo—cargo a Layla, Beck estira el brazo para que lo ponga en sus brazos, los mellizos tocaban su rostro —Se ven tan tiernos—me acerqué a ellos abrazándolos Beck desayunó y se tuvo que ir, se le hacía tarde y más por estar con los mellizos. Yo permanecí otro rato más en la habitación con los bebés. Al bajar a la sala junto con los mellizos, los deje en su portabebés, mientras que yo ayudaba a mamá hacer de comer. El pequeño Willy se encarga de cuidar a los bebés, pobre de Willy, ahora tiene que dormir con Chris por seguridad, ya que sueñe ladrar en las noches y podría despertar a los bebés —Susy, nos hace falta unos ingredientes más para poder hacer tu pastel de chocolate—dijo mamá revisando el refrigerador —Yo voy mamá—dije lavando mis manos y quitándome el delantal —¿Segura Susy? Estás aún en reposo, no quiero que te esfuerces—saque la carriola y sonreí —Segura mamá, es más, les hará bien a los mellizos salir, iré despacio—prepare a los bebés y los cargue a la carriola, mamá asintió Salí de casa, los mellizos se mantenían muy despiertos, visualizaban lo hermoso que se veía el cielo y los árboles. Al llegar al súper compré lo necesario, la mayoría de las personas que veía a los bebés decían “qué hermosos bebés”, “parecen muñequitos”, y cosas así. Al salir del súper caminé con mucha tranquilidad. Pase por el parque y mirar a todos esos niños jugando, imagine a Layla y Logan estar ahí. Un pequeño se acercó y miró a los bebés, les hacía muecas, Layla y Logan reían sin parar a lo igual que yo. Mire que a un pequeño se le iba su pelota, camine hacia la pelota para dársela, me confíe y vi que la carriola comenzó a andar, corrí detrás de la carriola, pero esta iba más rápida que yo —Por favor, ayúdenme, mis bebés van en la carriola—gritaba desesperada, mire a un chico en su bicicleta que astutamente logró llegar hacia ella, sentí mucho alivio—Te lo agradezco mucho, veía la muerte al saber que algo malo les pasaría a mis niños—dije con la voz entre cortada, tomando aire —Descuida, tuviste suerte de que yo pasaré por aquí—dijo muy sonriente —Bastante suerte, soy Susy—al lograr tomar aire, estire mi mano en saludo y el igual —Yo soy Marcus—estrecho mi mano amablemente, ¿será el mismo Marcus que yo creo que es?
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