•Biblioteca.
—En la guerra, el silencio puede ser más aterrador que el ruido de las almas.–Expresaria aquella mujer sentada en el suelo de aquella gran biblioteca rodeada de aquellas personas apasionadas por la lectura que la miraban con gran emocion, esperando a que comenzara a leer aquel libro que tenia en manos.
Y aquella mujer se notaba gustosa de ver que le prestaban atención despues de palabras sencillas pero cautivadoras, algunas donde se presento y dijo que les iba a leer una historia y despues aquellas palabras que a pesar de que para ellos fuera dificil de entender ahora, muy en el fondo tenia un significado inigualable que descubrirían próximamente.
-Les pediré algo antes de comenzar...
Esto... no es solo una historia. todo esto que escucharan ahora es una vida, recuerdos, buenos y malos momentos.
Asi que... les pido que cierren sus ojos y cada parrafo de este historia lo sientan como si lo estuvieran viviendo ustedes mismos.
Les aseguro, que sera una experiencia inolvidable. –aquello voz seria como una caricia para el alma para aquellos presentes que la escuchaban con atencion, que no tardaron mucho en hacer lo que aquella mujer pidio completamente encantados.- Sientan todo lo que los rodea por unos cuantos segundos el olor de la madera junto al de aquellos libros antiguos y llenos de historias.
Sientan aquel olor a cafe recien hecho y el viento que entra por la ventana golpeandolos con suavidad y refrescando sus pieles un poco de este gran calor.
Y ahora que tienen todas esas sensaciones a flor de piel. cambien esos olores por el delicioso olor de la tierra mojada o de las costas de las playas... y teletransportense a la era Precámbrica.
Donde toda esta historia comenzo.
Era Precámbrica, Eón Hádico.
-Es... un gusto tener compañia en este lugar tan desolado. –La voz pausada y melodiosa de una mujer se escucharían por las costas de aquella playa de aguas cristalinas y aguas tranquilas de aquel mar joven.- Es consolador, no sabia que de mis lagrimas se crearia algo tan hermoso.-
La brisa de aquella costa golpearia a la mujer de hermosos y sedosos cabellos verdes, aquella que podía ser mas que una mujer era... una diosa, si se le podia llamar asi.
Madre de la tierra quizas.
Aquella, que consumida por la tristeza al creer que estaba en una eterna soledad comenzo a llorar y cada lagrima derramada era una gota de lluvia que poco a poco fue llenando aquellas tierras vacias y finalmente formo aquello que llamaría en un futuro oceano.
Pero aquella creacion, no venia sola al parecer, pues consigo venia alguien con una apariencia muy distinta al de la mujer, que tenia un cuerpo curvilineo. Aquella creación tenia un cuerpo robusto, pero a su vez exquisito, digno de otro dios como aquella mujer y una bendición para la vista divina de la contraria.
-Pense que yo estaria solo en este lugar... –Aquel hombre hablaria mientras volteaba a ver a la mujer, expresando una sincera sonrisa de alegria al ver que iba a alguien tener junto a el.
-Es una fortuna para los dos el no estarlo. –La diosa madre hablaria nuevamente.
Y finalmente despues de aquel pequeño intercambio de palabras iniciaria toda una historia, donde los cambios de emociones fueron brutales.
Una historia de un mundo que comenzo solo y que poco a poco fue llenandose de mas personas como ellos pero con distintas cualidades o incluso algunas tan parecidas.
Dejaron de estar solo para estar acompañados de mujeres que nacieron de lagos o arboles, hombres que nacieron del viento y las montanas.
Y aquella mujer de la tierra y aquel hombre de los mares fueron amigos por mucho tiempo hasta que aquel sentimiento crecio a algo mucho mas grande y no tardaron mucho en unirse uno con el otro, siendo de aquella union creada un pequeño bebe bien dotado con inteligencia y gran conocimiento.
El primer bebe visto en el mundo, muy parecido a su padre pero con un color de cabello identico al de la espuma de mar que se crea cuando las olas del mar chocan con la costa.
Aquel niño fue la adoracion de los ojos de aquel hombre y siempre estuvo encantado con el, visualizo sus primeros pasos y el como iba creciendo.
Pero tristemente, todo aquello lo hizo solo, ya que aquella mujer que el llego a...
¿como llamaria el aquello que sintió por aquella mujer?
Era extraño pero a la vez hermoso, sentia cosquilleos incontrolables en su pecho y una sonrisa salia de manera involuntaria de sus labios cada vez que la veia.
Pero ella no compartia lo mismo, el no veia que sonriera cada vez que se veian con la misma genuinidad de el y muchas veces ignoraba a aquella creacion de ambos, a aquel hermoso bebe.
Y con el tiempo las únicas veces que se veian era cuando aquella mujer deseaba volver a unirse con aquel hombre y no daba tregua a los sentimientos de aquel hombre, que confundido solo buscaba complacerla, buscando que volviera a el ya que tenia el gran miedo de volver a quedarse solo.
No transcurrio mucho tiempo para que la mujer volviera a tener un fruto de la consumacion de los dos.
Otro hermoso varon, el cual tambien estuvo a los cuidados de su padre.
Y el dolor en el pecho de aquel hombre cada dia se volvió mucho mas grande a medida que iba viendo que su amada compañia lo iba dejando solo, ni siquiera lo iba a buscar para pasar aquellas noches que compartieron juntos y no recibió ni un saludo.
Asi que un dia decidio buscarla.
Dejo a sus hijos al cuidado de una amiga que habia hecho a lo largo de los años, una mujer que nacio de uno de los mares creados que le hacia compañia cada vez que podia.
Era hermosa, su piel era tan blanca que pareciera nieve pura y su cabello tan oscuro como la noche.
Pero sus ojos seguian puestos en aquella mujer que conocia desde hace décadas.
Y finalmente comenzo su busqueda por aquella mujer, al principio le resulto dificil pero tiempo despues de preguntar a varios de sus conocidos finalmente pudo llegar a donde creia que ella podia estar. Finalmente llego a una cueva finamente decorada y entro sin siquiera pensarlo mucho, una sonrisa ingenua aparecio en sus labios apenas escucho a la mujer reir.
Pero aquella sonrisa asi como aparecio no tardo en desaparecer, pues risas de otro hombre se llegaron a escuchar.
Y de nuevo otro sentimiento que no entendió, no sabia si sentir tristeza o ira, pero entendió la perfeccion aquel nudo que se formo en su garganta.
Y finalmente la vio.
La vio junto a otro hombre compartiendo aquellos momentos que el pensaba que compartia solo junto a el y sintió como su pecho se desgarraba del dolor, un dolor tan grande como indescriptible que lo habia dejado totalmente estatico por unos segundos.
Y a pesar de todo, nunca logro reunir la fuerza necesaria para reclamarle algo a aquella mujer.
Pero si logro lo suficiente como para dar media vuelta e irse, irse completamente dolido y con el corazón hecho pedazos por aquella mujer que pensó que era su todo.
Y lo era, aquella mujer lo era todo y lo seguiría siendo a pesar de la traición que le hizo.
Si, Eso era lo que sentía.
Se sentía traicionado.
Y aquellas crudas lágrimas y sentimientos vivientes en su ser le consumían.
Era asqueroso, pero se odiaba más a si mismo de lo que la odiaba a ella.