•Era Precámbrica, Eón Hádico.
En lo mas profundo de los mares, dentro de una cueva donde el sol jamas podria llegar estaba aquel hombre dolido y traicionado por aquella mujer que el llego a sentir especial.
Aun no entendió del todo por que se sintió asi por las cosas que ella hizo, ni siquiera entendía el por que siquiera estaba mal. Mas el no podia controlar lo que su corazon sentia por mucho que lo intentara.
Pero tenia algo de consuelo para su dolor y eran esos dos pequeños niños que lo acompañaban y aquella fiel amiga que decidio estar con el en su dolor y que incluso se dio el tiempo de buscarle sus frutas favoritas para comer y siempre que podia lo abrazaba y lo llenaba de caricias gratificantes en su cabello.
Eso si era una buena compañia.
Y estaba agradecido con ella, pues no tardo mucho en aliviar su dolor y en motivarlo a seguir como antes pero como un hombre renovado.
O bueno, si se podria decir asi.
Y siguió cuidando de sus hijos junto a ella, la cual los trataba como si fueran suyos y fue la unica capaz de contarle a su primer hijo la realidad de lo que habia pasado con su madre.
Pasaron años asi, donde ellos dos estaban juntos pero el hombre seguia etiquetando aquella relacion como de amigos, irónico ¿no?
Hasta que un dia aquella mujer se canso y dió el primer paso en aquella relación, la cual a pesar de ya no ser de amigos, se habia quedado estancada en ese titulo.
–Yo a ti no te quiero como un amigo. –Expresaría con rudeza aquella mujer, mirando a aquel hombre. –Yo... siempre te he querido de otra forma...
Una forma mas de... amantes. –
Aquel hombre estaría confundido ante tal declaracion.
Al parecer, no habia captado lo que la mujer le dijo. o mejor dicho llegó a pensar que era una broma.
una inocente broma de amigos.
Claro, no habia captado hasta que sintió los suaves labios de la mujer tocando los suyos y moverse con extrema dulzura.
Ahora si era imposible que no entendiera a que se refería cuando ya lo dejo mas que claro.
Despues de todo, aquello era algo que llego a hacer tambien con su amada.
Bueno... la que llego a serlo una vez.
Pero el en verdad no deseaba darle mucho protagonismo a aquella mujer en su cabeza y decidio vivir el momento y movió sus labios juntos a los de aquella mujer.
Mas palabras no fueron necesarias.
Tras el transcurso de los años ellos siguieron juntos y presenciaron la creacion de pequeñas pero hermosas ceremonias de union.
Eso llamo la atencion de ambos, ya que era algo nuevo.
Los dioses llamaron a aquellos sentimientos tan hermosos como "amor" y existían mil tipos de amores.
Uno era el amor pasional, aquel amor de parejas.
Y junto a ese amor se crearon las bodas, aquellas ceremonias de union que harian de dos corazones uno solo.
Y ellos deseaban realizar aquella ceremonia.
¿Por qué no lo desearían?
Se amaban mutuamente, y eso era suficiente.
Aquel hombre lo dio todo por organizar aquella ceremonia, buscando lo mejor para aquella mujer que lo habia ayudado y dio su mejor compañia en todos estos años.
Daba lo mejor de si mismo definitivamente, y buscaba que su ceremonia de union fuera considerada la mas grande de esos tiempos.
El mismo con sus propias manos confecciono un hermoso vestido blanco para su mujer y un tocado de perlas y conchas que llamo corona, las flores fueron sembradas por el mismo para aquella boda y busco a los mejores musicos y mujeres con la más hermosa voz para cantar aquel día.
Ademas de infinidad de detalles que tuvo en cuenta para la organizacion.
incluso creo un postre para su prometida que le gustaban las cosas dulces, el cual llamo pastel.
algo nuevo, que haría aquella ceremonia aún más original.
Todo era... perfecto.
Faltaba tan solo un mes para la boda.
Solo un mes, estaba emocionado.
Esperaba con ansias aquel dia y sabia que su mujer tambien.
A la cual por cierto, le encanto su vestido y estaba muy feliz por el regalo que le estaba dando su futuro esposo.
Y ella, no tardo mucho en darle a el un regalo que sabia que le encantaria.
–Estoy... esperando un bebe. –diria aquella dama a su futuro esposo, el cual en su alegria tomo a su mujer en brazos y la abrazo, un abrazo fuerte del cual nunca deseaba separarse.
Definitivamente era muy feliz.
Y tras el paso de aquel mes, todo resulto tal cual lo planeado.
La boda fue un exito y su ahora esposa se vio hermosa ese dia.
Despues de esos dias fueron unos muy felices casados con ciertas dificultades, ya que aquella mujer sufrió mucho por aquel bebe.
Pero con el tiempo aquel niño nacio sano, y solo hizo que aquella familia se uniera mucho mas.
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Era Paleozoica
El tiempo transcurrió tan rápido que no dió tregua a nadie.
Mucho tiempo en verdad, pero aquella pareja seguia junta y disfrutaba de su matrimonio como el primer dia.
Los primeros dos hijos de aquel hombre se habían casado exitosamente con dos mujeres muy hermosas.
Y el tercero... bueno, tenia salud.
–Ya es momento de que te cases y te largues del castillo.
Contigo aqui no disfruto tanto con tu mama como quisiera. –diria a modo de reclamo aquel hombre, viendo como su hijo giraba en el suelo como buscando algo con lo cual entretenerse.
–Es que... no se... ninguna me atrae. –diria aquel muchacho a modo de queja, mirando el techo como si fuera lo mas atractivo del mundo.
–Pues yo quiero nietos, asi que me haces el favor de casarte, que eso ya era para ayer.
–PAPÁAA.. ay no... saldre a ver que veo. –aquel muchacho se levantaría tras decir aquello, no tardando mucho en huir de su amargado padre.
Mientras el hombre ya se habia quedado totalmente solo en aquel castillo, pues su mujer habia salido recientemente a encargarse de algunos asuntos.
Asi que disfruto de aquella soledad y silencio con sus ojos cerrados.
Aunque bueno, no duro mucho su soledad.
Por que la puerta principal de aquel castillo habria sido tocada con fuerza y sus sentidos le gritaban a flor de piel que aquella persona no era nadie deseable en su hogar.
Pero tambien con curiosidad se levanto y se fue en dirección hacia la puerta, mirandola por unos cuantos segundos con los nervios a flote hasta que finalmente su cuerpo agarro la valentia de abrir aquello que lo separaba del exterior.
Una mujer de belleza tan exotica como la selva pero fresca como la lluvia estaba parada justo frente a el, era irreconocible aquel cabello verde sedoso.
Estaba a punto de cerrar nuevamente aquella puerta, malos recuerdos de su pasado llegaron nuevamente y con ello el dolor.
Dolor que le recordo que ese primer amor nunca se olvida.
Y era un miserable por que de vez en cuando recordaba aquel primer amor cuando tenia a su esposa al lado, pero no queria ser tan miserable como para hablarle de nuevo a aquella mujer.
Pero cuando estuvo a punto de cerrar la puerta sintió como ella entraba y le abrazó, un abrazo que llego a robarle el aire y lo dejo completamente estatico.
Acompañado de palabras engañosas pero que saliendo de aquellos labios eran terriblemente dulces y encantadoras.
–te extrañe tanto... –y finalmente cayo, sabia que lo hizo pues sus brazos rodearon a aquella mujer y la apretaron contra su pecho, sentia que no podia soltarla y no queria alejarla.
Menos la quiso alejar cuando le beso... pues aquellos dulces labios le atraparon y surgieron los recuerdos de todo lo que disfruto junto a ella.
Y se dejo llevar... se dejo llevar tanto que termino uniendose de nuevo con aquella mujer en una gran noche de pasión, si se podría decir asi.
Pero no sintió aquel amor que una vez tuvo por aquella mujer.
solo sintió... la estupida lujuria y un sentimiento de asco.
Que no se desvaneció ni siquiera cuando la mujer se fue tras terminar el acto.
Y ahi se dio de cuenta que de nuevo estaba solo.
Tan solo y miserable.