-¿Acaso la reina a dejado de ser una mujer capaz? –Expectaria un elfo mientras miraba a aquella mujer que hacia llamar reina, la cual ante aquellas palabras no pudo ocultar su sorpresa. –Antes la reina no se dejaba intimidar y hacia todo por su reino, pero ahora, con esta propuesta de guerra no a hecho nada al respecto. Si el pueblo esta en manos de esta mujer, estamos acabados. –el hombre hablaria con desden en su posicion, observando a las personas a su alrededor, buscando algun tipo de apoyo. Mas solo comenzo las habladurias por parte del pueblo, siendo incierto a quien apoyaban.
Pero por otro lado, aquella reina seguiria sorprendida y con las palabras estancadas en la boca, no sabia que hacer mas alla de sostener aquella cesta de comida que iba a entregar a una de las tantas familias nuevas. Al final, solo hizo lo que tenia que hacer, entregar aquella cesta a aquel padre de familia.
No deseaba ignorar aquellas palabras, pero en situaciones asi el que responder y que hacias era crucial, ya que cualquier equivocacion era su ruina. y con el paso de los segundos finalmente reunio aquella valentia necesaria, y se paso frente a aquel elfo.
-Estamos bendecidos por que la dichosa guerra no a llegado hasta los mares, tu mismo sabes a donde a llegado la guerra y el como a acabado. Pues si no fueras consciente de ello, no estarias aqui, y si no estuvieras aqui, es por que estarias muerto. –Hablaria con tranquilidad mientras observaba a aquel hombre, manteniendo una postura recta. –Los mares han recibido a cada uno de los refugiados con los brazos abiertos, y el lograr aquello no solo implica el recibirlos y dejarlos a su suerte. El recibirlos tambien trata de darles un hogar seguro y comida, cosa que estoy haciendo con cada dia que a pasado desde que inicio la guerra. Todos los dias se le son entregadas cestas de comida con la cual podrian sobrevivir familias de hasta ocho personas por dos dias, tienen comida mas que suficiente. Sus refugios estan ubicados en las cuevas submarinas, para que el dia de mañana si llega a haber un conflicto no lleguen a ser dañados y estan custodiadas por cinco de mis mascotas. Las cuales se que no han visto por que les deje la orden de que se escondieran para no asustar a los niños.
Pero con todo el gusto te las presentaria para que seas consciente de que aqui estas a salvo, la primera... ay mi pequeña Asia, mi serpiente que mide 26000km... no creo que no puedan estar seguros con esa criatura custodiandolos. O mi preciosa Europa, mi pulpo de casi 20000km. Por no mencionar a las otras, que tienen tamaños similares. Como reina e asegurado la seguridad no solo de los refugiados si no de mi propio pueblo, y lo e hecho sin esperar nada a cambio, solo el amor y respeto de mi pueblo. Pero veo que como reina, el respeto se me quedo debiendo. Pero no por ello estoy dispuesta a dejar a todas estas familias a la deriba, yo desde un principio e estado dispuesta a acabar con esta guerra sola, sea de forma pacifica o no.
Pues suficiente sangre a sido derramada. Asi que ahora te pregunto ¿Que estoy haciendo mal como reina para que digas aquello de mi? ¿O que estoy haciendo como reina para no tener el respeto de todo mi pueblo? –aquella doncella miraria a la gente de su alrededor en busca de una respuesta a lo que preguntaba, pero en su lugar solo escucho comentarios terriblemente desagradables de entre la multitud.
-¿esa mujer luchando sola en la guerra? Ya estamos perdidos
-El poder se le subio a la cabeza, ella jamas podria ganarle a aquellos dioses.
-Yo siempre lo dije... esa mujer es de lo mas ridicula, estamos vivos de milagro.
Y mas comentarios de aquel tipo se harian presentes, pero aquella mujer no sabia si estar roja de la verguenza o el largarse a llorar por la humillacion que la estaba haciendo pasar aquella gente que ella siempre protegio.
De los terrestres era entedible, Khreatia jamas la haria quedar bien, no despues de lo que hizo.
Pero su propio pueblo la estaba criticando y tachando de incapaz, aquellas personas por las que siempre lo dio todo la estaban dejando peor de lo que podrian dejarla los terrestres.
Al final solo un suspiro salio de sus labios, y con firmeza se dirigio hacia uno de los guardias.
-Terminen de repartir la comida y suministros, yo me retirare por hoy. –sus pies descalzos ante aquellas palabras comenzarian a caminar en busca de escapar de aquel lugar, era incapaz de pensar con claridad y su consciencia estaba siendo amedrentada por sus pensamientos, lo cual hacia que cada vez caminara mas rapido buscando llegar a su hogar y resguardarse en el mismo.
En el camino pudo ver su reino, un lugar lleno de maravillas sin igua, con criaturas y animales hermosos e inclusive exoticos, los hermosos corales y las piedras con tantas formas diferentes y exquisitas.
Por cada paso que daba veia por todo aquello que lucho y que hasta hoy, creyo que lo tenia.
Pero en realidad nunca lo tuvo.
Y con aquel dolor en su corazon tuvo que aceptar aquello, que aquel reino jamas fue de ella y nunca lo sera, jamas sera amada como lo merece ya que su corazon a pesar de que lo de todo y aun tenia mucho mas que dar, no recibiria de vuelta ni la mitad de amor que llegaba a dar.
Y aun mas doloroso era para ella saber que su vida estaba en la mierda.
Por que vida era ser reina, su vida era estar para todos aquellas que la necesitaban y para el reino que gobernaba.
Pero si era despreciada por ello su vida no valia nada.
Se habia engañado a si misma creyendo que realmente estaba haciendo algo bien, se enamoro de una completa mentira, de un reino que jamas la amara y que jamas estuvo a su lado.
¿acaso fue estupida al pensar que podria lograr algo?
Joder, no lo sabia y en este momento no le interesaba saberlo, las lagrimas ya estaban corriendo por su rostro de manera incontrolable.
Ni siquiera se habia dado de cuenta de cuando llego a su hogar, con los pies sangrando por no tener cuidado al caminar en el camino y ser incapaz de poder curarse a si misma debido a lo nublado que estab a su mente.
ni siquiera fue capaz de saludar a su padre, simplemente habia pasado ignorando a aquel hombre el cual le hablo pero no distinguio que le dijo.
Solo volvio a su realidad cuando entro a su habitacion, y observando la misma solo dejo escapar aun mas lagrimas.
Una tras otras iban escapando sin piedad alguna, las cuales serian limpiadas con rudeza mientras se acercaba a cierto mueble en donde colocaba la mayoria de regaos que le daba su pueblo, comenzando a tocarlos suavemente con sus manos hasta que llego a una corona.
Corona que le habia regalado aquel hombre que diji que seria incapaz de ganar la guerra.
Y sintiendo como si el tacto con aquel objeto le quemara, la quemaba por que le dolio en el alma, pero aquelo no evito que agarrara aquella corona y la mirara.
Pero la ira fluyo, pues no siempre la tristeza seria la reina en estas situacion, habia veces que la furia llegaba a atac ar con fuerza y este era el caso.
Pues aquella corona no tardo mucho en estar estampada contra el suelo, y sintio como si lava pura corriera por sus venas. Los cristales preciosos de aquel objeto se regarian por todo el lugar y este quedaria completamente destrozado en el suelo.
Y asi como aquella corona enfrento aquel destino le siguieron los otros regalos, los cuales la diosa agarraba con furia y los tiraba con todas sus fuerzas sin una direccion en especifico, solo el enojo era quien mandaba en aquella situacion.
Hasta que se quedo sin un puto regalo que lanzar, ahi fue cuando se detuvo y un desgarrador grito salio de su garganta.
Un grito tan desgarrador que hasta podria decir que por poco se quedaba sin garganta.
Pero aquello fue suficiente para liberar todo aquel enojo, pero de nuevo estaba shockeada, ida de aquel mundo.
Solo le basto verse en su espejo recientemente roto para poder volver a reaccionar y caer en cuenta de en que situacion estaba.
Y con aquello volvio a derramar aquellas lagrimas y sintió como perdia las fuerzas en sus piernas y caia al suelo.
El impacto fue lo de menos, pues el dolor en su corazon era mas grande e inconsolable.
El dolor de una traicion era dificil de curar, y mas el de una reina traicionada por su pueblo.