Con el paso de los dias la tension en los mares fue en aumento.
La noticia de una proxima guerra se entendió como polvo entre los dioses y habitantes de los mares, y por cada momento que pasaba los jovenes guerreros de los mares se preparaban con tal de luchar junto a su reina, afilaban lanzas y buscaban sus escudos empolvados desde hace cientos de años debido a que las luchas se habían vuelto algo del pasado y la paz era el plato principal del día a día en los hermosos reinos de los mares.
Pero, la reina nunca dio el aviso a los jovenes de prepararse para la proxima guerra, lo cual alarmaba mucho mas a la gente pues pensaban que la mujer se rendiría ante aquellos dioses sedientos de poder.
Por millones de años los mares fue el reino mas poderoso y respetado gracias a esa mujer, ni siquiera los reinos de los cielos o del subsuelo, también llamado Averno, llegaban a estar por encima de ellos. Fueron bendecidos con una reina capaz y fuerte, que no se dejaba intimidar por nadie.
Ni siquiera por la fuerte guerra que acechaban en los otros reinos, la cual provoco una migracion masiva de dioses menores, elfos, ninfas entre demas razas hacia los mares y la reina los acogió como otro habitante mas, pues ella mas que nadie entendía lo que sucedía en el exterior. y sin rencor en su corazon recibió a todos los que un día la juzgaron, le faltaron el respeto y sabrán solo los dioses demás cosas horribles que le hicieron a la reina. La cuestión es...
La primera era de dioses ya estaba llegando a su fin.
Este mundo estaba vuelto un desastre definitivamente, la toma de poder era de lo mas despiadada y gran parte de lo hijos de Khreatia ya habían sido encerrados, lo cual solo provocaba aun mas la furia de aquella mujer que parecía que en cualquier momento caería en la locura al verse cada dia mas y mas rebajada.
Los mares eran el unico reino que no habían logrado tomar, y no era por que fuera inquebrantable.
Simplemente aun no lo han comenzado a atacar.
Y Okeon estaba de lo mas preocupado por ello... y la reina de aquellos lados estaba tan tranquila dentro de los muros de aquel gran castillo.
Pero... ¿Que podra pasar a partir de ahora?
–Tenemos que pedirle al pueblo que se prepare para la proxima guerra... entre mas días dejemos pasar mas peligroso sera y nos podrían agarrar de imprevisto. –Afirmaría Okeon a su hija, la cual solo estaba parada en el balcón mirando hacia la nada.-Estan esperando por tu orden.
–No mandare al pueblo a luchar mi guerra... –Un silencio de segundos contados se daria despues de aquellas palabras, las cuales hicieron que Okeon sintiera un gran nudo en su garganta pues sabia a lo que queria llegar su hija.-Esta guerra es mia y yo la peleare sola... Y cuando gane, celebraremos comiendo los deliciosos pasteles que preparas y bailando hasta el amanecer. No estoy dispuesta a que mi pueblo sufra lo que es ver la sangre fluir y la caida de aquellos amigos o seres queridos que hicieron en el camino... No soy tan cruel como para permitir eso.-La preocupacion de Okeon seria notable, el cual solo buscaba acercarse a su hija mas no se atrevia, de alguna forma la sentia lejana, tal como si tuviera el presentimiento de que en cualquier momento se la iban a arrebatar.
Sintió como si aquella dulce mirada de colores rosas que lo miraba con aquel gran amor de hija a padre, seria la ultima vez que lograría admirarla.
-La guerra no acabara conmigo pues aun estan mis hermanos... Rayne sabra llevar a las tropas y sera buen apoyo. Zayn... sera algo dificil, pero se que con el podremos contar.
-Hija, me preocupas. Llega un punto donde ya no es solo perder la guerra, seria tambien perderte a ti.-Y nuevamente, solo silencio.
Y ambas partes se miraron fijamente por unos segundos, hasta que unas tiernas risas escaparon de los labios de la chica.
-Yo soy la viva personificacion de la belleza, dicho por muchos e incluso por ti mismo, a pesar de que yo no lo crea... a todo lugar donde tu vayas y veas algo hermoso vas a saber que soy yo... No me estaras perdiendo... Solo... debes saber buscarme. –Este pequeño momento, ante cada segundo que pasaba parecía que se volvía una despedida padre e hija la cual atormentaba cada vez mas al mayor, pero buscaba tranquilidad en la sonrisa en su hija.–Ademas... ese hombre me quiere por esposa, no va a permitir que me pase algo.
–Confiare en ti entonces, mi corazón de coco-... ¿Que? –La sorpresa de Okeon al escuchar lo ultimo seria notable, mas su expresion solo causaría risas en Khrateia.-Oh ese maldito de Emris, yo que pensé que me libre de él.
-Ay papa... tranquilo... No le cumpliré ese capricho. –Los livianos pasos de Khrateia la comenzaron a dirigir hacia el interior del castillo, cerrando aquel balcon atras de si misma y quedando dentro del salon en segundos.-Tengo algo de sueño... ire a descansar, pues no creo que Rayne llegue hoy con lo que le pedi.
-Es dificil saber qué puede estar haciendo Khreatia, mas viendo que es una de las mas afectadas en todo lo que esta pasando y que ella no se quedara quieta. Pero si lo que ella va a hacer nos sirve, espero que no dudes en usar aquella ventaja. –Okeon se dejaria caer en el sillon del salon, admirando a su hija irse.-Dulces sueños mi niña, recuerda que papa te ama.
-Yo tambien te amo, padre. –Aquellas dulces palabras serian lo ultimo que diria la chica mientras se iba en direccion a su habitacion, sintiendo como a este punto sus párpados ya estaban pesados del cansancio y lo unico que deseaba era hundirse en un hermoso descansó.
Y no tardo mucho en llegar a su habitacion, a la cual abrí la puerta de la misma y observo un poco de reojo, dándome cuenta de una pequeña irregularidad en la misma.
Un hermoso ramo de peonías blancas encima de su cama.
Yo siempre ame las flores, transmitían un olor agradable y eran hermosas a la vista, pero siempre le tuvo algo de recelo a las peonías blancas.
Las peonías blancas eran el amor timido y coqueto.
Pero tambien disculpas y arrepentimiento, y para ella era incierto quien le dio aquellas flores y con que significado se lo dio.
Pero cuando se acerco al ramo y lo tomo en brazos para admirarlo mejor, noto escondido entre las peonías una unica rosa amarilla.
Y finalmente ahi se dio de cuenta, que aquella persona que le dio aquel ramo no le deseaba nada bueno.
O quizas le estaba advirtiendo de lo que podri venir, pues aquellas rosas amarillas son el vivo significado de traicion.
Pero ella, muy dentro de si misma estaba decepcionada, decepcionada de que aquel regalo no fuera especial o romantico, que n o fuera algo significativo mas alla de que la apuñalaran pr la espalda.
Otro recordatorio de que estaba mas sola que la mierda.
Y con aquel pensamiento en mente solo se acostó en su cama, sintiendo el picor en su nariz de la pequeña alergia que le causaban las flores, pues hasta aquello tan inofensivo y que ella adoraba tanto le hacia daño.
Y cerrando sus ojos, se durmió pensando en que habra otros dias mejores.