El día de hoy llega Harry, se supone que debo ir a recogerlo pero tengo muchos nervios de hacerlo.
Ya ha pasado tiempo desde la última vez que vi a Imanol, aún así me sigo sintiendo culpable de lo que estuve a punto de hacer y realmente no quisiera verlo a la cara, ni a él ni a Harry.
- ¡Tengo taquicardias! - grita entre gemidos Miranda mientras baja las escaleras.
- El pequeño Cal sabe cómo hacer sufrir a su madre. - Miranda me mira con furia y yo solo sonrío.
- No te quedes ahí, podría morir. - dice sentándose al lado de mi.
- ¿Y qué se supone que debo hacer? No soy doctora ni enfermera.
- Podrías hablarle a mamá. - me mira y rueda los ojos.
- ¡MAMÁ! - grito lo más fuerte posible y me levanto del sofá para subir a buscarla. - ¡MAMÁ! - vuelvo a gritar pero mi madre no contesta.
Comienzo a buscarla en todas las habitaciones donde pudiese estar hasta que la encuentro en el estudio de papá.
- ¿Mami? - pregunto al verla recostada en el escritorio, dormida.
- Si... eh... que.. ¿Qué pasa? - dice arreglando su cabello.
- Mami, ¿Qué haces durmiendo aquí?
- Estaba revisando los últimos detalles de la boda, es en una semana y ni si quiera tienes el vestido.
- Mamá, no se porque te empeñas en que sea una boda tan grande, ni si quiera me caso por amor. - la miro a los ojos y me siento enfrente de ella.
- ¿Puedo confesarte algo? - asiento con la cabeza y ella prosigue. - Yo tampoco me casé enamorada de tu padre. Cuando nos dieron la noticia de que debíamos casarnos yo estaba enamorada de alguien más, incluso éramos novios, pero tuve que acatar las órdenes de mis padres y ni si quiera fue porque estábamos a punto de la quiebra, solo fue por un trato entre familias para ser más ricos.
- ¿Y a pesar de que te hicieron lo mismo tu eres capaz de hacerle eso a una de tus hijas?
- Lo siento Allison, de verdad lo siento, hubiese querido que tomaras tu decisión como tú hermana, sin embargo, no será así.
- Me van a condenar a vivir lo que ustedes vivieron. - me levanto con furia y ella también se levanta.
- Ali, mi pequeña Ali, cuando me casé con tu padre, no lo amaba, ni si quiera lo conocía, pero pasó el tiempo, comencé a conocerlo y entre más lo hacía, más me enamoraba de él. Solo digo que debes darte la oportunidad de conocer a Harry y el tiempo se encargará de enamorarlos.
- ¿Y si yo amara a alguien más? ¿También ibas a hacer que renunciara a él como tú renunciaste al amor de tu vida? - cuestiono a gritos.
- El amor de mi vida es tu padre.
- Ay por favor, a otra estúpida con ese cuento. - digo entre sollozos y recuerdo a que venía. - Por cierto, tu otra hija está haya abajo con taquicardias, ve con ella, yo voy a llamarle al doctor. - me doy la vuelta y salgo de ahí.
- Ali, Allison.
Escucho a mi madre llamarme pero no hago caso y camino a mi habitación. Tomo mi teléfono y le marco al doctor, una vez que termino la llamada con él me aviento en mi cama boca abajo y comienzo a llorar como una niña pequeña.
Después de terminar de llorar me quedé dormida por un buen rato.
Abro mis ojos y siento que me arden por haber llorado tanto, me levanto poco a poco y miro la hora.
- ¡Mierda! - digo en voz alta al ver que son las cuatro con treinta y el vuelo de Harry llega a las cinco con treinta.
Corro al baño y tomo una ducha exprés, me pongo lo primero que encuentro, medio arreglo mi cabello y salgo corriendo. Bajo las escaleras y veo a mi padre sentado en un sofá con la mirada perdida.
- Ya me voy, nos vemos al rato. - digo y me apresuro a la puerta.
- Ali, cariño, tengo que hablar contigo. - se pone de pie y camina hacia mi.
- Ahora no papá, tengo que ir a recoger a Harry y ya se me hace tarde. - él asiente y yo salgo.
Me subo al auto y esta vez manejo yo, necesito hablar con Harry y será mejor si Luck no nos acompaña.
Al llegar al aeropuerto me topo con una cantidad increíble de reporteros, lo bueno es que traje la ropa indicada para pasar desapercibida.
Mi ropa consta de unos jeans, una sudadera negra, tenis negros y una gorra, un look muy del estilo de mi hermano mayor cuando tenía mi edad.
Si, ya se, había olvidado mencionar que tengo un hermano de la edad de Harry, mi hermano Jackson, después sigue mi hermana Miranda y por último yo, Allison II, (eso es porque mi madre también se llama Allison).
Me pongo la gorra y salgo del auto, intento tapar mi cara y pasar desapercibida, algo que logro hasta entrar al aeropuerto. Busco con la mirada a Harry y ahí lo veo, regalándole sonrisas a las cámaras y una que otra palabra.
Corro hasta donde está y lo jalo del brazo. Al parecer no me reconoce ya que hace su cara de susto y yo no puedo evitar reír.
- ¿Allison? ¿Qué haces vestida así?
- Es para evitar las cámaras, joven McBride. Toma, ponte esto. - le doy la gorra y él se la pone.
Al hacerlo mi cara queda descubierta, pues ya no tengo puesta la gorra. Noto que Harry me mira fijamente a los ojos y yo recuerdo que mis ojos estaban rojos e inflamados de tanto llorar así que bajo mi cara para que no me vea.
- ¿Estuviste llorando? - cuestiona sin dejar de mirarme.
- No, ya vámonos, corre. - le digo antes de salir corriendo y él corre detrás de mi.
Entramos al auto y arranco haciéndonos salir de ahí.
- ¿A dónde vamos? - pregunta mirando por la ventanilla.
- A un lugar donde podamos hablar. ¿Tienes hambre? - él me mira confundido y asiente.
Pasados algunos minutos llegamos a un pequeño restaurante a las afueras de la ciudad, el restaurante es elegante pero un tanto solitario, recuerdo que de pequeños papá nos traía aquí.
- Llegamos. - digo y él inspecciona el lugar. - Tranquilo, es un lugar decente.
- Lo que me preocupa es que no vayan a dejarte pasar por parecer una asaltante. - me mira de arriba a abajo y yo sonrío.
Me medio levanto poniéndome de rodillas en el asiento y me quitó la sudadera, debajo tengo puesto un crop top rojo que deja al descubierto una parte de mi abdomen. Pongo la sudadera en la parte trasera del auto y tomo una chaqueta negra de cuero, me la pongo y vuelvo a sentarme, suelto mi cabello y giro para mirar a Harry.
- No vuelvas a hacer eso. - dice Harry con seriedad.
- Cuando vivamos juntos tal vez me veas con menos ropa o tal vez no. - me río fuertemente y salgo del auto.
- No es gracioso, podían haberte visto. - dice en tono de regaño y yo solo niego con la cabeza mientras entro al restaurante.
Al estar buscando una mesa me doy cuenta que estoy regresando, es decir, antes de tener que fingir ser la prometida perfecta yo era una chica rebelde, ruda, del tipo que se escapaba para ir a fiestas y desobedecia a sus padres, no le tenía miedo a casi nada y no digo que fuera bueno ser así, pero mi madre y la señora Amanda estaban logrando convertirme en toda una dama de sociedad, convertirme en algo que no soy y que no quiero ser.
- Allison, hey, Allison. - escucho a lo lejos la voz de Harry y salgo de mis pensamientos.
- Si, lo siento, ¿Qué pasó? - lo miro y él niega con la cabeza.
- ¿Qué tal si nos sentamos aquí? - señala una mesa que está frente a una ventana donde se puede ver el hermoso mar y él atardecer.
- Si, está bien. - respondo y acto seguido tomo asiento.
- Dijiste que quieres hablar. - dice Harry con su típico tono frío y serio.
- Así es. Pero primero deberíamos comer, muero de hambre. - él asiente y toma el menú. De repente baja de golpe el menú y me mira fijamente.
- Pero antes responde una cosa. - lo miro confundida y recuerdo lo que pasó con Imanol y mi corazón se acelera. - ¿Porqué lloraste? - cuestiona con seriedad. - Y no me digas que no, porque es evidente que si lo hiciste.
- No me quiero casar. - respondo igual de seria que él. Harry se queda en silencio mirando hacia la mesa. - Y no solo es eso, acabo de enterarme de que también obligaron a mis padres a casarse, mi madre estaba enamorada de alguien más y tuvo que dejarlo, yo...
- ¿Tu también estás enamorada de alguien más? - cuestiona volviendo su mirada a mis ojos.
- No, ¿Tú lo estás? - pregunto sin dejar de mirarlo.
- No. - responde y de cierto modo me siento un poco más tranquila. - ¿Que puedo hacer para que no te sientas tan mal de casarte conmigo?
- Solo quiero conocerte. - respondo mirándolo a los ojos y el sonríe mientras se rasca la cabeza.
- Yo también quiero conocerte. - responde y no puedo evitar sonreír.