CAPÍTULO VEINTIUNO
—Sabemos de dónde vienen —dijo Sebastián mientras los primeros rayos del amanecer iluminaban el tejado de palacio—. Llevad todas las armas que hemos preparado al punto por el que atravesarán.
—Así lo haré —le prometió Will—. Pero tú debes pensar en escapar. Puedes desaparecer en la ciudad.
—Si yo escapo, la gente perderá la esperanza y habrá una m*****a —dijo Sebastián. No podía permitirlo. No podía dejar que asesinaran al pueblo de Ashton solo para salvarse él.
—Tienes que pensar en Violeta —dijo Will.
Sebastián sabía que tenía razón. Ahora su mayor temor era que le pudiera pasar algo a su hija, pero escapar no era la respuesta a ello. Había demasiados cuervos en el cielo como para escabullirse con ella sin ser visto, y pensar en mandarla con otra persona hacía que
