CAPÍTULO NUEVE A Sofía, una semana no le parecía tiempo suficiente. No era tiempo suficiente para pasar con su marido. No era tiempo suficiente para mimar a Violeta, que miraba dulcemente a Sofía siempre que esta la sostenía y que alargaba la mano hacia el pelaje de Sienne cuando el gato del bosque se acercaba. —No hace falta que nos vayamos tan pronto si tú no quieres —dijo Lucas, cuando estaban en los muelles, con la gente reunida a su alrededor para despedirles mientras esperaban ante el barco que los iba a llevar. El Alto Comerciante N’Ka esperaba a bordo y miraba hacia abajo sonriendo, seguramente por los cofres de bienes y las promesas de comercio que Sofía le había dado. —O podríamos ir nosotros —dijo Catalina—. Nosotros podríamos traer a nuestros padres hasta ti. Sofía negó con