Estuve molesta con la señora Alexandra por semanas, pero lo cierto es que hizo un trabajo increíble, las cortinas, los arreglos florales, la música y la comida, todo es perfecto y sé que yo jamás habría logrado un resultado tan detallista. La mujer de pie en el centro del salón tiene una voz privilegiada y alcanza una nota alta de manera perfecta, siento que mis oídos han sido bendecidos. La música termina y todos aplauden dando pequeños golpes entre sus palmas y los abanicos, yo quisiera aplaudir con todas mis fuerzas, amé cada segundo, quiero seguir escuchándolo. – Querida – dice el marqués extendiendo su mano. Es el momento de iniciar el baile, el primero como marido y mujer, la música vuelve a estar a cargo del piano, la voz de la cantante es hermosa, estoy lista y practiqué mucho