CAPÍTULO DIEZ Antes de que Avery y Ramírez entraran en la sala de conferencias de la A1, pudieron oír a O’Malley gritando en el altavoz. “¡Completamente inaceptable, Will! Se suponía que compartirías todo con nosotros. Estamos manejando este caso ahora. Pero en cambio recibiste una gran evidencia y decidiste no decir nada. ¿Cuándo ibas a llamarnos?”. “Acabamos de recibir la carta esta tarde”, resonó Holt por el altavoz. “¿Cómo la obtuvieron los periódicos?”. “Ellos tienen una copia. Tenemos la original aquí, pero el asesino hizo copias. Por lo visto la envió a todos los periódicos”. “No hay forma en la que los periódicos supieran que la mancha en la parte inferior de la carta era una prueba de saliva. Eso tuvo que venir de tu departamento. Te llegó la carta, hiciste que el equipo for