CAPÍTULO NUEVE Ceres bajaba a toda prisa por los pasillos del castillo, impulsada por la necesidad de llegar a Thanos antes de perderlo para siempre. El miedo la llevaba; no podía ganar una ciudad para perder al hombre que le importaba. Ceres iba a toda prisa y no dejó de correr cuando dos guardias se interpusieron en su camino levantando unas lanzas. En cambio, se lanzó dejándose caer, cortando al pasar a un guardia, se puso de pie de un salto y cortó a la altura del cuello mientras continuaba corriendo. Levantó la espada para a****r de nuevo cuando un tipo giró la esquina delante de ella, y se detuvo justo a tiempo al darse cuenta de que delante de ella había un sirviente, no un guardia. “¿Dónde van a ejecutar a Thanos?” preguntó Ceres. “En el patio del s-sur. Por allí. El tercer pas